Luminosa oscuridad
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos días de
Navidad, las sacristanas han preparado unas luces preciosas para el altar. Son
unas velas rojas, que han metido en jarrones largos de cristal, y, sobre esos
vasos, han pegado adornos que representan un belén.
Lo cierto es
que la idea, además de original, es de lo más decorativa. Tan solo ha habido un
problemilla…
Según van
pasando los días, las velas se consumen… ¡¡pero los jarrones no encojen!!
Vamos, que cada vez la vela pilla más abajo, ¡y se las ven y se las desean para
lograr encenderlas!
Pero poco tiempo
han necesitado para arreglarlo. ¿Sabes qué han hecho? Sacar las velas y llenar
la base de los jarrones… ¡¡con piedras!! Ahora las velas quedan de nuevo a una
altura de lo más cómoda para encenderlas y, visualmente, ¡sigue siendo
precioso!
¿Quién lo iba a
decir? Precisamente las piedras… ¡¡son las que alzan la luz!!
Orándolo, me he
dado cuenta de que Cristo quiere hacer lo mismo en nuestra vida. Dentro de cada
uno de nosotros encontramos “piedras”: esos acontecimientos o aspectos que no
aportan luz, que no brillan… que, quizá, nos gustaría borrar.
Pero lo
realmente increíble del Señor es que Él nos ama tanto, que no quiere eliminar
ninguna de nuestras piedras. No destruyó a Adán, sino que se hizo su hijo.
Jesús acepta tu realidad y tu historia sin reprocharte nada.
Es lo que
sucedió con la samaritana: Cristo habló de sus cinco maridos y aquel otro que
no era ni siquiera marido… pero la mujer no se sintió atacada, ¡sino acogida en
su verdad, incluso en sus errores!
Y es increíble
descubrir a Alguien que es capaz de valorarte más allá de lo que haces bien o
mal, ¡que te dice que vales mucho más que tus fallos o tus cosas! El corazón
descansa en manos de esa Persona que abraza toda tu realidad, como el jarrón de
cristal abraza todas las piedras. Y, en ese abrazo… las piedras se convierten
en sostén de la luz.
Hoy el reto del
amor es acoger a una persona. Te invito a que hoy disfrutes de tu encuentro con
el Señor, ¡sabiendo que puedes estar ante Él sin máscaras! Pase lo que pase,
¡¡su amor por ti no cambia!! ¡¡Siempre es infinito!! Y te invito a que, si una
persona te llama o se detiene a hablar contigo, tu escucha sea un reflejo de
esa acogida del Señor, que no juzga, que levanta… ¡que abraza hasta hacer
brillar a las piedras! ¡¡Feliz día!!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
04 enero 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma