Sus palabras durante el rezo del Ángelus
VINCENZO PINTO/AFP/East News |
En presencia de una
muchedumbre muy densa apretujada bajo su ventana del Palacio Apostólico, el
Papa subrayó que la Palabra de Dios no puede ser recibida como «ninguna
noticia: hay que repetirla, integrarla». Debe «resonar, resonar en nosotros»,
ser «meditado», agregó, citando una expresión de la tradición monástica.
«El Señor no busca tanto a
los comentaristas dotados del Evangelio, como a los corazones dóciles, que,
aceptando su Palabra, se dejan cambiar desde dentro», explicó el Papa. Esta
Palabra, dijo, «debe llegar a todas las áreas de la vida: involucrar todo el
corazón, todo el alma, toda la inteligencia, toda la fuerza».
El pontífice animó
entonces a «familiarizarse con el Evangelio, tenerlo siempre a mano, leerlo y
releerlo, apasionarse por él». No basta con leer el Evangelio, insistió, hay
que «entenderlo», que «se convierta en una voz de nuestra conciencia». En
resumen, “cada uno de nosotros puede convertirse en una ‘traducción’ viva,
diferente, pero original… ¡no una repetición! Una traducción original de la
única Palabra de amor que Dios nos da ”, dijo el Papa.
En conclusión, el Papa
Francisco invitó a repetir el primero de los mandamientos, como el escriba del
Evangelio: “Amar a Dios con todo mi corazón, con toda mi inteligencia, con
todas mis fuerzas … y amar al prójimo como a mí mismo. Dejó a la multitud con
esta pregunta: «¿Este mandamiento realmente guía mi vida»? Y para aconsejar un
examen de conciencia, por la tarde, para «ver si hoy hemos amado al Señor y si
hemos hecho un poco de bien a los que hemos conocido».
I. Media
Fuente:
Aleteia