¿Me falta tiempo?
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Qué sensación
más incómoda la de pensar que se me va el tiempo entre las manos. ¿Quién me lo
iba a decir? Que, siendo monja de clausura, lo que me iba a faltar era el
tiempo… No se trata de estrés, ni de presión por terminar cosas, sino todo lo
contrario: que me gustaría hacer tantas cosas a la vez que es materialmente
imposible.
La vida es un
regalo y, desde que descubrí ese gran Don que nos ha hecho el Señor, ha
desaparecido una palabra de mi lenguaje: aburrimiento. Ya se me ha olvidado lo
que es eso… Lo que pasa es que ahora de vez en cuando aparece otra en mi boca:
“¡Vaya, no he llegado a lo que me hubiera gustado!”.
Así que ahora,
en la oración, miraba al Señor y le decía esto, y Él me hacía descansar,
regalándome descubrir que solo hay una cosa importante en todo lo que haga: no
en “qué” haga, sino el “porqué” lo hago, no el “qué” llego a hacer, sino “cómo”
lo he hecho…
Ahí me daba
cuenta de que, cuando me queda esa sensación del día, es que en cierto sentido
me he buscado más a mí, en vez de buscar en cada cosa Su Gloria; buscaba más lo
que me gustaría a mí, en vez de buscar vivir desde el amor.
Porque
realmente cada día está cargado de sorpresas, y nunca sabes por dónde te va a
salir, esto es imposible pretender controlarlo, pero, cuando lo vivimos desde
el prisma del amor, hagas lo que hagas estás descansado. Porque el amor no
entiende de horarios, no entiende de intereses personales… el amor lo pide
todo, pero a la vez colma el corazón.
Hoy el reto del
amor es apostar por el amor. Hoy quiero vivir el día buscando solo Su interés,
dando a los demás lo que primero he recibido de Él, dejando que el día lo lleve
Él, tal como le guste. Porque, en definitiva, lo que al final queda solo es una
cosa: lo que hayamos amado.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
13 Noviembre
2021
Fuente:
Dominicas de Lerma