FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LA ALMUDENA: “MARÍA NOS ENSEÑA A ABRIR CAMINOS DE ESPERANZA”

El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España) presidió la celebración de la Misa con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Almudena, patrona de Madrid en la plaza de la Almudena, situada entre la catedral y el Palacio Real

Aciprensa
El Cardenal Osoro destacó durante la homilía que el año pasado, “nuestra patrona, la Virgen de la Almudena, no pudo salir a la calle. Por la situación sanitaria celebramos una Misa en el interior de la catedral con aforo limitado”, por eso destacó que celebrar la Misa en esta explanada y posteriormente realizar una procesión en su honor es “una alegría” porque “implica que hemos dejado atrás lo peor de la pandemia”.

“Y además, es una ocasión para que más madrileños se acerquen a nuestra Madre y descubran a esta mujer tan excepcional que, con una confianza absoluta, prestó la vida entera para dar rostro humano a Dios”, aseguró. 

El Arzobispo de Madrid también afirmó que “en el último año y medio nos hemos descubierto frágiles y llenos de miedos; nuestra vulnerabilidad nos ha suscitado dudas y perplejidades, y han salido a relucir las grietas de nuestros estilos de vida y de los modos de organización de nuestras sociedades”, por eso recordó las palabras del Papa Francisco en la encíclica ‘Fratelli tutti’ en donde afirma que “nadie se salva solo” y que “únicamente es posible salvarse juntos”. 

Por eso insistió en la importancia de construir “una cultura del cuidado”. Además, durante la homilía el Cardenal Osoro recordó que “la Virgen María, a quien Jesús nos dio como Madre en sus últimos instantes en esta tierra, es una Maestra que nos enseña a afrontar los retos que tenemos por delante y a abrir siempre caminos de esperanza” y que nos invita a vivir “la experiencia de comunión, participación y misión” escuchando y acogiendo la Palabra de Dios.

El Arzobispo de Madrid también explicó que “Santa María nos enseña y nos invita a poner a Dios en el centro de nuestra vida y de la historia” y que “nos hace ver las sombras que aparecen en este mundo y en nuestras propias vidas”. 

Por eso animó a que “en situaciones de crisis como la actual es necesario arrimar el hombro y abrir el corazón”, lo que implica “acercarnos a nuestros hermanos, escucharlos, compartir vida con ellos y atender sus necesidades”.

“Al poner a Dios en el centro somos conscientes de que tenemos un Padre, de que somos hijos y eso nos convierte en hermanos de los demás, y así vemos lo que es importante y lo que es secundario. La Virgen María supo poner a Dios en el centro, vivió una vida de entrega y hoy sigue acompañándonos”, destacó.

También durante la homilía, el Cardenal Osoro invitó a estar como la Virgen “en misión permanente” para “salir a los caminos reales por los que transitan los hombres y llevarles, no sin dificultades ni altibajos, la Buena Noticia”.

“No perdamos la oración. En diálogo con Dios, al percibir su ternura, descubriremos que Él escribe en el corazón. Y así entenderemos que, para diseñar una nueva época, nosotros también hemos de escribir en el corazón de los hombres. Hemos de entregarnos a la misión. Imitemos a nuestra Madre abriendo camino”, subrayó.

“Que Dios haya venido a nuestra historia y tome rostro humano, que nos acompañe paseando por este mundo, llena de alegría nuestra vida. Somos su Pueblo”, afirmó el Cardenal Osoro y animó a dejar que sea “Él quien nos guíe. No releguemos a Dios, volvamos a ponerlo en el centro de nuestra vida como hizo nuestra Madre; dejemos que nos diga la dirección en la que debemos ir los hombres para hacer de este mundo un mundo lleno de justicia, de verdad, de paz y de vida”. 

Al terminar la Misa, la imagen de la Virgen recorrió en procesión los alrededores de la catedral.

Por Blanca Ruíz

Fuente: ACI Prensa