LibrosLibres acaba de publicar El Rey Balduino. El legado de su vida, sobre la vida espiritual del Rey Balduino de Bélgica, lo que incluye su búsqueda de una esposa cristiana, la historia romántica y sorprendente de cómo se enamoró de la española Fabiola de Mora y Aragón.
Balduino, rey de los belgas, y Fabiola posan el día de su boda en 1960 |
Las
cartas de privadas del Rey Balduino, que han cedido los propios destinatarios,
son una ventana a su sincera religiosidad y su cercanía con Dios.
Nos
encontramos así con un
libro peculiar. Tiene algo de "revista del corazón", porque
acompañamos a una familia de la realeza, en su noviazgo, en su matrimonio, en sus penas (cinco abortos
naturales, sin herederos) y alegrías (un matrimonio siempre feliz y unido)... pero ese
corazón no es superficial ni frívolo, sino que es un corazón abierto a Dios y
al necesitado, ansioso de conocer y servir a Dios.
El
libro tiene mucho más de "lectura espiritual". Leyendo las cartas de
Balduino, y los comentarios del cardenal Suenens, también nosotros podemos reflexionar sobre nuestro
amor a Dios, nuestra relación con nuestra familia, con nuestro trabajo...
y, más importante aún, reconocer cómo
Dios trabaja en nosotros, en las cosas que nos pasan, las decisiones que
tomamos, la docilidad que le mostramos a Él. Es así con un rey y con una reina y es así con cualquier
cristiano que reza y piensa.
La evangelizadora que buscaba novia al
rey
El
inicio del libro es especialmente apasionante. Verónica O'Brien, una irlandesa
muy arrojada que quería presentar a Balduino la espiritualidad de la Legión de María, acudió al Palacio y
pasaron cinco horas hablando de la fe. Parece que hablaron de cómo Dios y la Virgen podían
guiar la vida, y Balduino expresó su deseo de encontrar una buena esposa
cristiana.
La certeza y el sueño
Al
poco de llegar a España, Verónica conoce a Fabiola y la describe por carta a
Balduino: "alta, delgada, buen tipo, rostro 'good looking
and striking' [buena apariencia e impactante], llena de vida, de inteligencia,
de entusiasmo, de rectitud, de claridad. Rostro ovalado, cabello
abundante, castaño claro, frente bonita. Boca bien dibujada, bastante grande. Al instante algo me dice en mi
interior que es ella. Una parte de mi ser estaba convencida de que me
hallaba ante la elegida de
la Santísima Virgen, ante aquella que María había preparado desde
hacía mucho tiempo".
Suenens
aclara: "Para entender esta sorprendente certeza, hay que revelar el extraño sueño que Verónica
había tenido la víspera. Había visto, colgado de la pared de una habitación,
un cuadro que representaba a una mujer con un niño en brazos y prendas de vestir rojas esparcidas
por el cuarto".
Fabiola
enseñó su habitación a Verónica y la
irlandesa reconoció el mismo cuadro, y en la sala prendas de color rojo vivo
sin guardar.
Fabiola pensó que era una estafa
Unos
días después, Verónica vuelve a visitar a Fabiola. Juntas van a ver a las
carmelitas del Cerro de los Ángeles, amigas de la española. Y después Verónica
le entrega una carta de Balduino, que la quiere conocer. Fabiola piensa que es una estafa
complicada y trata de cortar toda relación con la irlandesa "a no ser que el Nuncio en persona
o por teléfono solicite verme". Efectivamente, el Nuncio, el
único en España y Bélgica que conocía la extraña misión, le confirma que no es
una estafa.
La
historia da para una película o para una teleserie de Netflix... pero debería
incluir todos los elementos espirituales, junto con los románticos, que van
juntos.
Las
cartas nos muestran cómo Balduino veía a Fabiola durante su noviazgo
clandestino.
El
rey se lo explicó así esos días a Suenens, que entonces era aún obispo
auxiliar: "ella me hacía
preguntas y yo me daba cuenta de que me estaba haciendo un test, pues la
respuesta -que era evidente- casi siempre le interesaba menos que el modo de
responder. Ella era muy
reflexiva y perspicaz. La amo cada vez más. Lo que más me gusta de ella es su humildad, su confianza en
la Santísima Virgen y su transparencia. Gracias por habérmela puesto
en el camino. Será para mí un gran estímulo para amar a Dios cada día
más".
Eso
es sólo el inicio del libro, que incluye 48 páginas de fotografías (de infancia, matrimonio y
vida familiar) y casi 60
páginas de cartas y de reflexiones espirituales de diarios del rey que
no se habían publicado hasta ahora (añadidas a la biografía que Suenens hizo
del rey, que era de 1995).
Así,
podemos meditar con los pensamientos de un Balduino ya maduro en la fe:
Sobre la devoción a la Virgen María:
-
“No te desanimes nunca. Comienza de nuevo siempre con Ella. Nunca te
decepciones por tu debilidad. Con esto, cuando se asume plenamente, el Señor
hace grandes cosas”
-
“Trata de vivir en cada momento en María y con María. ¡No te desanimes si te
sales de tus casillas! Una mirada, y te volverás a sumergir en Ella”.
Sobre la relación con Dios:
-
“Ser hijo de Dios, hija de Dios, significa que hay algo verdaderamente divino
en mí, en ti, en cada uno. ¡Es
una auténtica locura! Si eso es cierto, hay comportamientos que
tienen que cambiar en nosotros. Soy hijo de Dios, ya no tengo derecho a no estar alegre, a
criticar, a quejarme a no tratar a todos con respeto infinito sabiendo que él
también es hijo de Dios, aunque él lo ignore. Mi actitud debería revelárselo”.
El trato con Jesús:
-
“No olvides que Jesús no es como nosotros. Su amor es siempre lo primero y su
confianza en ti, como su ternura por ti, son infinitas. Durante los largos
recorridos en coche háblale, canta para Él, escúchale”.
Afrontar las dificultades:
-
“Las dificultades que estás experimentando actualmente no son el resultado de
“una mala suerte” o de una distracción del Señor. Él lo permite para tu santificación”.
-
“El Señor te espera en la cima y, al mismo tiempo, te acompaña en cada paso que das. Siempre está
a tu lado, y se alegra
cada vez que te levantas”.
-
“Los periodos de sequedad y desierto son momentos que no hay que dejar pasar
esperando tiempos mejores. De hecho, es la ocasión para mostrar a Dios que Le amamos realmente
por Sí mismo y no para recibir a cambio Su alegría y Su paz. Es un
acto de fe y amor completamente gratuito”.
El secreto del rey: amar a Dios con
locura
El
jesuita Francisco Javier Quintana, cercano a la familia de Fabiola, escribe en
el prólogo de este libro tan especial: "El secreto de Balduino era su
Dios, a quien amaba con locura y de quien se sentía profundamente amado. Bajo
la turbulencia de las actividades públicas y políticas manaba una fuente
tranquila y oculta, que era su vida en Dios. La oración, la Eucaristía diaria,
su amor a la Virgen María eran las fuentes secretas que alimentaban el río de
su existencia".
Pablo J. Ginés
Fuente: ReL