Ediciones Palabra publica las meditaciones del cardenal Sarah ante un retiro de sacerdotes. ¿Cuáles son los peligros para la Iglesia y la sociedad?
Foto: Ediciones Palabra |
Reconozco que cuando me
llegó el libro a casa pensé: “Si yo no soy sacerdote, ¿para qué lo voy a leer?»
Además justo el día que iba a empezar a leerlo se acercó mi hija y me pregunto…
“¿De qué va?” Sólo supe decirle: “De lo que Dios le dice a los sacerdotes y al
revés” “Mmmm…
aburrido”, me contestó y siguió jugando con sus cromos Pokemon.
Nos equivocábamos los dos,
llevados por los prejuicios. El libro no son sólo reflexiones para sacerdotes.
El cardenal Robert Sarah aborda el problema de la decadencia moral y espiritual
del clero, pero nos sirve para cualquiera, ya que estos problemas son comunes
en todos los ámbitos.
La falta de una educación es común a toda la sociedad, la búsqueda de notoriedad en las redes sociales o las distintas tentaciones, como por ejemplo en la utilización de nuestro tiempo nos sirven para todos.
Algunos ejemplos de cuestiones universales.
Cuando habla de la educación: “Se piensa que amar es un sentimiento. Un padre puede creer que ama a los hijos por el simple hecho de sentir amor por ellos. Pero en muchos casos no entienden que única y realmente se ama a los hijos sacrificando el propio tiempo y las propias energías para seguirlos con constancia, para corregirlos y aun castigarlos, si en necesario, a fin de que se creen bien”.
Cuando habla del celo
apostólico y de la vocación, que podría servir para cualquier cristiano: “El
sacerdote de fe no cumple sus deberes porque espere recibir algo a cambio. Los cumple
porque ha entendido que es lo correcto y hermoso. Porque ha
entendido que este es el sentido verdadero de su vida”.
O de la importancia de la
formación: “Si un médico no ha estudiado bien, los enfermos muere; si un
ingeniero no conoce su materia, los puentes se caen. ¿Y qué les
sucede a las almas confiadas a un sacerdote ignorante?»
Lleno de anécdotas y de imágenes
atractivas
Aunque es un libro sobre
la oración, el ascetismo y la sana liturgia, en el que se habla de cuestiones
muy elevadas, no es para nada aburrido. Tiene apartados que son específicamente
para los sacerdotes, como los dedicados al camino de santificación del
sacerdocio o a la dignidad de la Liturgia y tiene apartados de gran actualidad
como son sus opiniones sobre la celebración de la Santa Misa cara al Señor o
cara al pueblo y cuando afirma: “parece haber penetrado una espiritualidad con
algún rasgo protestante” .
No obstante, cuando esto
sucede se van sobreponiendo multitud de ejemplos e imágenes que hacen
comprender de manera sencilla lo que el cardenal Sarah está intentando
explicar. El cura de Ars suele aparecer recurrentemente para apoyar una tesis
positiva y el ejemplo de errores en seminarios y noviciados ayudan a entender,
cuando hace falta, la necesaria corrección. Pero también anécdotas y
curiosidades como la del cura que gastaba sus ahorros para entender a las
familias que llegan apuradas a fin de mes y hacer así crecer su fe; o la del
estricto coronel que quería que las cosas se hicieran bien.
No paran de intercalarse
grandes frases y discursos de Papa Francisco, Benedicto XVI, Santo Domingo de
Guzmán o Santa Teresa de Ávila con el ejemplo de comportamientos más mundanos.
En todos ellos, no sólo los sacerdotes, nos podemos ver representados. Desmanes
y virtudes que son universales.
En definitiva, el cardenal
Sarah denuncia y nos advierte de la decadencia moral y espiritual de toda una
sociedad. El abandono de la oración, el abandono de Dios y el acercamiento a
otras realidades más mundanas: llenas de poder o hedonismo.
A veces miramos para otro
lado, como si no fuera con nosotros y pensamos que sólo es cosa de curas; otras
veces caemos en el infantilismo de pensar que son temas que no interesan por
ser aburridos. Eviten el prejuicio y lean “Al Servicio de la Verdad”, el último
libro del Cardenal Robert Sarah, editado por Palabra.
Álvaro Real
Fuente: Aleteia
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