La prensa local ya ha registrado el asesinato de un cristiano a manos de los talibanes. En el país, viven entre 10.000 y 12.000
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Afganos recién llegados a Pakistán. Foto: Reuters/Saaed Ali Ackazka |
Misiones Extranjeras de París ofrece el dato de que Afganistán tiene entre
10.000 y 12.000 cristianos, en su mayoría conversos del islam. Durante décadas
han practicado su fe de forma clandestina, ya que la conversión se considera un
crimen que se castiga con la muerte según la sharia o ley
islámica.
Según el misionero pakistaní Irfan
James, que visitó el barrio de Shahr-e Naw en Kabul en diciembre pasado, «la
mayoría de los cristianos han huido de las grandes ciudades de Afganistán».
Desde 2015, James ha estado evangelizando en Jalalabad, una ciudad afgana cerca
de la frontera entre los dos países. «Me preocupa no ver más interés por ellos
en la comunidad internacional. El nuevo Gobierno es conocido por romper sus
promesas. Las minorías religiosas ya no están seguras».
«Los talibanes aún no han hecho
ninguna declaración sobre los afganos no musulmanes», explica Sabir Michael,
profesor de la Universidad de Karachi. «Occidente parece estar utilizando los
derechos humanos como una agenda política», y añade que existe incertidumbre
sobre el estatus legal de los no musulmanes en el nuevo Estado: «No estamos
seguros del estatus de las minorías religiosas bajo los talibanes. ¿Son
ciudadanos iguales o pagan el jizya –impuesto
a los no musulmanes–? ¿Qué pasa con los que quedaron físicamente discapacitados
por la guerra?», se pregunta.
El comentarista político
estadounidense Glenn Beck asegura que el Nazarene Fund –una fundación benéfica
que tiene como objetivo proteger a las minorías religiosas–, ha evacuado por
vía aérea a 5.100 cristianos y otros refugiados de Afganistán desde que el país
cayó en manos de los talibanes. Asegura que varios cristianos afganos se
encuentran entre las docenas de personas que murieron en el ataque suicida en
el aeropuerto de Kabul la semana pasada. Y la prensa local ha registrado la
muerte de un cristiano afgano, colgado de un poste por los talibanes el 7 de
agosto.
Un miembro de la comunidad cristiana
de Afganistán aseguraba a Alfa
y Omega hace unos días que el silencio en torno a los
cristianos, de momento, evitaba problemas de seguridad: «Por ahora, cuanto
menos se habla de nosotros, mejor». «Estamos todos bien, pero no es apropiado
entrar en más detalles», pedía.
Antes de concluir, este cristiano aprovechó el contacto con este semanario para hacer una petición a todos los católicos españoles. «Invite a todos a orar por nosotros».
Fuente: Alfa y Omega