Con los ojos fijos en el cielo
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Pues sí, así me
paso yo la semana últimamente. Con los ojos en el cielo, y no en sentido
místico precisamente…
Bueno, toda la
semana no, solo los lunes, pero ese día me lo sufro de lo lindo.
¿El motivo?
¡¡Que soy la nueva ropera!!
El lunes es el
día que tengo la ropa tendida. Al aire libre y con un poquito de viento, en
media mañana está todo seco. Pero, como se ponga a llover… ¡¡ponte a recoger la
ropa de 15 personas!! Por mucho que corras, ya te digo que la tormenta te cae
encima…
Pues eso, que
los lunes me los paso entre mirar al cielo y mirar Google con la previsión
meteorológica… ¡¡a mí que siempre el tiempo me había resultado del todo
indiferente!!
Orándolo, me he
dado cuenta de que la clave está en que, ahora, el tiempo… ¡¡es algo que me
afecta, algo que toca “lo mío”!!
Creo que todos
hemos pasado por esta experiencia. No es lo mismo que te hablen de una
enfermedad en abstracto… a que te digan que un ser querido está enfermo.
Tampoco reaccionas igual si te comentan que alguien ha conseguido un gran
puesto de trabajo, ¡que si te dicen que esa persona es tu mejor amigo!
Ante cualquier
noticia podemos impresionarnos más o menos, pero solo quien siente las cosas de
los demás como suyas propias puede conmoverse, sentir a su lado.
Esto es lo que
experimenta Cristo contigo. Todo lo que te pasa, le afecta: sufre contigo, ríe
contigo. Quiere estar tan unido a ti, que se esconde en la Eucaristía: después
de comulgar, ¡es Su sangre la que corre por tus venas! Nada de lo tuyo le es
indiferente, pues Él declara: “Tú eres mío” (Is 43, 1).
Hoy el reto del
amor es tener los ojos fijos en el Cielo. Te invito a que, antes de empezar tu
jornada, pares unos minutos con el Señor, ¡disfruta experimentando que es “tu
Señor”! Para Él no eres uno más, ¡sino que te ama de forma especial! Vive el
día sabiendo que Cristo camina a tu lado y, con Él, ¡podemos hacer frente a
cualquier nubarrón que se presente! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente:
Dominicas de Lerma