Déjense quemar por el Señor para ser hombres de esperanza
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Papa recibe al Capítulo General Claretiano. (Vatican Media) |
El Papa se reúne con los participantes en
el Capítulo General de los Claretianos y les invita a no separar la oración de
la acción misionera: si queréis ser testigos no podéis dejar de ser adoradores,
vuestro apostolado debe ser siempre un apostolado "de proximidad".
Ayer por la mañana, Francisco recibió en el Vaticano a los participantes en el Capítulo General de los Misioneros
Hijos del Corazón Inmaculado de María, comúnmente conocidos como claretianos,
un grupo de un centenar de personas de todo el mundo, que representan a los
casi tres mil miembros del Instituto. Acompañando a los miembros del capítulo
-que reeligió al padre Mathew Vattamattam como superior general- estuvo el
cardenal Aquilino Bocos Merino.
El tema del Capítulo es “Arraigados
y audaces”. “Arraigados en Jesús” les ha dicho el Papa, es
decir “una vida de oración y de contemplación que los lleve a poder decir como
Job: «Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos»”. En este
sentido, Francisco ha explicado que es triste cuando encontramos consagradas y
consagrados que no se dejan buscar en la oración, en perder el tiempo delante
del Señor. De hecho - dice - es importante pensar en una vida de oración y
contemplación "que les permita hablar, como amigos, cara a cara con el
Señor y contemplar el Espejo, que es Cristo, para convertirse ustedes mismos en
espejo para los demás".
No se puede separar la misión de la contemplación
Francisco les ha recordado que son
misioneros y como tal, si quieren que su misión sea verdaderamente fecunda “no
pueden separar la misión de la contemplación y de una vida de intimidad con el
Señor”. “Si quieren ser testigos – insiste – no pueden dejar de ser adoradores.
Testigos y adoradores son dos palabras que se nutren recíprocamente, que no
pueden existir la una sin la otra”.
Déjense quemar por el Señor para ser hombres de
esperanza
Entre los consejos del Papa está
dejarse quemar por el amor del Señor de tal modo que puedan ser incendiarios
por donde pasen, con el fuego del amor divino. “Esto les permitirá ser hombres
de esperanza, de la esperanza que no defrauda de la esperanza que no conoce
miedos, porque sabe que es en nuestra fragilidad donde se manifiesta la fuerza
de Dios”. De hecho, asegura que si nosotros nunca somos conscientes de la
fragilidad y somos los tarzanes del apostolado y los invencibles, “nunca se va
a poder manifestar la fuerza de Dios”.
La mundanidad espiritual te transforma por dentro
“Que lindo es cuando una consagrada,
un consagrado se siente frágil, porque siente la necesidad de pedir ayuda. No
hay que tenerles miedo, tengan miedo, sí, a caer en la “esquizofrenia”
espiritual y en la mundanidad espiritual.”
Después, hablando de la mundanidad
espiritual, el Papa asegura que es “tremenda” porque te transforma por dentro.
“Tengan cuidado de la mundanidad espiritual que nos sirva a fiarnos de la
fuerza, o a creernos los mejores, a buscar obsesivamente el bienestar o el
poder”.
Nunca utilicen el Evangelio de modo instrumental
Otro de los consejos del Papa es el
de nunca utilizar el Evangelio como ideología: “Más bien úsenlo como vademécum,
dejándose orientar en todo momento por las opciones del Evangelio y por el
ardiente deseo de seguir a Jesús e imitarlo en la oración, en la fatiga, y en
el buscar siempre la gloria de Dios y la salvación de las almas” les ha dicho.
La misión de ustedes no puede ser “a distancia”
También ha insistido en que su
misión debe ser desde la cercanía y la proximidad. “No se olviden de cual es el
estilo de Dios: proximidad, compasión y ternura. Así actuó Dios desde que
eligió a su pueblo hasta el día de hoy”. Y también les pide no ser pasivos ante
los dramas que viven muchos de nuestros contemporáneos: “más bien juéguense el
tipo en la lucha por la dignidad humana, juéguense por el respeto por los
derechos fundamentales de la persona”.
No pierdan el sentido del humor por favor
Por ultimo, les pide que no pierdan
el sentido del humor y sepan reírse en comunidad, sepan hacer chistes, y reírse
de los chistes que cuenta el otro: “el sentido del humor es una gracia de la
alegría y la alegría es una dimensión de la Santidad” ha concluido.
Ciudad del Vaticano
Vatican News