¡Córtalo porque está seco!
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una hermana me
avisó uno de estos días: “¡Mira, el pruno que está donde el moral, está cargado
de fruto, se dobla hacia el suelo!”. Saben todas que, al llegar el otoño, a la
Madre Priora y a una servidora nos gusta recoger los prunos y hacer mermelada,
que nos dura todo el año...
Diréis algunos:
“¿Y qué es el pruno?”. Pues es un fruto que lo llaman “ciruela negra” y es más
pequeño que la ciruela y un poco más ácido que ella. La pulpa es muy buena para
hacer mermeladas...
Así que, con
curiosidad, fuimos allá a comprobar lo que nos habían dicho. Y, efectivamente,
algunas ramas se doblaban por el peso y estaban a punto de cascarse... Y lo
curioso es que el tronco central está muy, muy viejo y abierto de arriba
abajo...
Algunas veces,
cuando paseábamos, nos decíamos: “Este arbolito está medio seco porque tiene
muchos años y hay que cortarlo, porque solo tiene ramas muertas y el tronco
central, más muerto todavía”...
Después de
verle estos días tan fértil y con un fruto gordo y exquisito, ¡y sin tratar!,
se me cambiaron los criterios sobre el pobre arbolito…
El Señor me
hablaba muy claro ante esta realidad desconcertante. Primero, lo que aparece,
no siempre es lo que hay dentro de ese ser y encierra celosamente; segundo, de
algo tan feo, brota muchas veces, de su savia escondida, un fruto suculento y
sin dañar, apto para ser comido o elaborado como confitura, alimento bueno para
nuestro cuerpo; y tercero, al mirar lo viejo y roto, no he de desesperar, a
pesar de que las apariencias me digan lo contrario… Siempre, en el régimen de
la gracia de Dios, hay esperanza…
¡Así que, hemos
cogido cuatro cajones de prunos, y están listos para cocinar!...
Recordaba las
Palabras de Jesús, sobre “la higuera estéril” que llevaba ya tres años sin dar
fruto y el dueño le dice al labrador: “¡Córtala!, ¿para qué va a estar ocupando
sitio?”. Y el labrador le pide al dueño un año más, en que la cuidará y abonará…
Así, Dios nos da siempre tiempo para convertirnos y con ello, dar fruto…
Hoy el reto del
amor es poner mayor confianza en Dios que, ante situaciones, para nosotros
desesperadas, Él, en el tiempo de gracia, quiere cambiar lo que está seco, para
que dé fruto de vida...
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente: Dominicas de Lerma