Un cambio de ingrediente
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Todas las
hermanas son muy buenas cocineras. Y, además, lo genial de ir por turnos es
que, cuando te toca, cada una pone lo mejor de sí en la elaboración de la
comida.
Sin embargo,
para mi gusto hay un ingrediente que, si está en cualquier comida… sé seguro
que no me va a gustar: los cominos. Esta especia tiene un sabor muy
característico que no me deja buen sabor. ¡Menos mal que no lo usan mucho!
Por otro lado,
desde hace unos días, el Señor me regaló comprender que en nuestra vida muchas
veces añadimos los cominos de “las expectativas”. Sí, al menos a mí me sucede
mucho.
Es tan humano
que hasta nos hacemos expectativas de pensar que vamos a tardar poco tiempo en
hacer una tarea, de manera que inconscientemente creas esa expectativa, y lo
mismo sucede con cualquier aprendizaje, con el estudio, con las personas… y las
expectativas tienen una consecuencia.
Y es que,
cuando las creamos y no se cumplen tal y como las esperamos, entonces llega la
frustración.
Es como el
comino que, cuando está, ese plato deja mal sabor de boca. Del mismo modo,
cuando las expectativas aliñan nuestro día, frustración asegurada.
El Señor me
decía que utilice más bien ingredientes que dan buen sabor y que realmente
pasan desapercibidos. El más importante es el Amor, pero un Amor gratuito que
no espera nada a cambio, y este es como la sal, que se diluye en el plato y no
se le ve, pero, si no se añade, el plato está totalmente soso.
O también el
aceite de la Alegría, que unge cualquier instante del día haciéndonos disfrutar
de cada pequeña cosa como si de un gran acontecimiento se tratase.
Así que hoy le
pediré al Señor que cambie mis aliños para el día, que me regale de Su sal y Su
aceite, para poder entregarme a cada paso viendo realmente por los que tengo al
rededor.
Hoy el reto del
amor es cambiar tus ingredientes. ¿Con cuáles quieres que el Señor dé vida a tu
plato de hoy? Vive el día desde el Amor, y redescubre que la felicidad se
esconde en la entrega gratuita.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!