El Papa recibe a la delegación de la Fundación "Leaders pour la Paix" (Líderes por la Paz) y los anima a “no detenerse en las discusiones teóricas” sino a “tomar contacto con las heridas y tocar la carne de los que sufren”
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Papa Francisco junto
a los miembros de la Fundación Leaders pour la Paix (Vatican Media) |
Ayer por la mañana el
Santo Padre se ha reunido con la delegación de la Fundación "Leaders pour
la Paix" (Líderes por la Paz) para recordarles que ante las múltiples
crisis políticas y medioambientales que convergen en la actualidad (el hambre,
el clima, las armas nucleares), el compromiso con la paz de los miembros de
esta fundación “nunca ha sido más necesario ni urgente”. De hecho – les ha
dicho – frente a la pandemia que aún no ha sido superada y sus consecuencias
económicas y sociales son graves, el reto es ayudar a los gobernantes y a los
ciudadanos a abordar los problemas críticos como oportunidades:
La pandemia ha
puesto en crisis la política
Después, el
Papa ha explicado que, aunque la pandemia, con sus largas secuelas de
aislamiento e "hipertensión" social, ha puesto inevitablemente en
crisis la propia acción política, la política como tal, “este hecho puede
convertirse en una oportunidad para promover una política mejor, sin la cual no
es posible desarrollar una comunidad mundial capaz de lograr la fraternidad a
partir de los pueblos y naciones que viven en amistad social”. Y esta política
– puntualiza el Papa – debe aplicarse como "la arquitectura y la artesanía
de la paz” pues para construir la paz son necesarias ambas cosas: “la
"arquitectura", en la que intervienen las distintas instituciones de
la sociedad y la "artesanía", que debe implicar a todos, incluso a
los sectores que a menudo son excluidos o invisibilizados”.
Promover cultura
del rostro y del encuentro
El consejo del
Papa es el de trabajar simultáneamente a dos niveles: cultural e institucional.
“En el primer nivel, es importante promover una cultura del rostro, que se
centre en la dignidad de la persona, el respeto a su historia, especialmente si
está herida y marginada. Y también una cultura del encuentro, en la que
escuchamos y acogemos a nuestros hermanos y hermanas”. Luego, en el segundo
nivel, que es el de las instituciones, el Papa asegura que “urge fomentar el diálogo
y la colaboración multilateral, porque los acuerdos multilaterales son una
mejor garantía que los bilaterales de cuidar un bien común verdaderamente
universal y proteger a los Estados más débiles". En cualquier caso –
concluye el Santo Padre “no nos detengamos en las discusiones teóricas, tomemos
contacto con las heridas, toquemos la carne de los que sufren el daño”.
Mireia Bonilla
– Ciudad del Vaticano
Vatican News