Por el Reino
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer por la
tarde salí a darme un paseo por la huerta, ¡necesitaba un poco de aire! Tenía
la cabeza muy embotada porque había estado intentando hacer un trabajo, pero en
toda la tarde no conseguí avanzar casi nada… así que, ya cansada, decidí
sentarme en una piedra y descansar ahí.
De pronto, me
di cuenta de que justo a mis pies se había caído una mora, y sobre ella había
unas cuantas hormigas tratando de recopilar su alimento para aprovisionarse
bien para el inverno.
Eran muy
curiosas: cuando cargaban un trocito de mora y emprendían su viaje de vuelta
hacia el hormiguero, probé a ponerles el pie delante, pero ni por esas se
detenían de su labor, sino que buscaban nuevos caminos para llegar a su meta.
Tienen tan claro cuál es su objetivo, que no dejan que ninguna “piedra o
zapatilla” en el camino les vuelva atrás.
Realmente las
hormigas nos enseñan mucho, pues ellas trabajan por “el reino”. Sí, ellas no
buscan comida solo para comérsela, sino que su objetivo es llevar alimento al
nido y avisar a otras dónde está lo que han encontrado, y ese es su motor para
hacer todo. Mira que son bichos pequeños, pero sienten tal pertenencia a su
nido que no se dejan amedrentar fácilmente.
Ante aquella
“parábola”, el Señor me mostraba como, cuando lo que hacemos lo hacemos por
buscarnos a nosotros mismos, ante la primera complicación o dificultad, nos
rendimos o nos frustramos.
Sin embargo,
cuando experimentamos que somos parte de un reino mucho más grande, que nuestra
vida tiene un sentido mucho más alto que solo dedicarnos a “vivir” sin más…
entonces Él mismo se convierte en el motor de nuestra vida, y el objetivo y la
meta cambian completamente.
Porque es Él
quien nos da la Gracia para realizarlo, y ningún tropiezo puede con Él. Con Su
Palabra nos alienta siempre a continuar, a aprender de lo experimentado, a
crecer en confianza y a dejarnos llevar por Su Espíritu. Es Él quien ha dicho
“mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que vuestros planes”
(Is 55, 9).
Por eso, cuando
deseas entregarte por Su causa, sí, habrá piedras en el trayecto, pero Él no
permitirá que ninguna dificultad, por grande que parezca, te separe de su
camino.
Hoy el reto del
amor es buscar el reino de Cristo. Vuelve a entregarle las riendas de tu vida,
el reinado de todas tus cosas y deja que sea Él quien te ponga en el corazón lo
que has de hacer, en qué gastar tus fuerzas… ¡En Cristo está el sentido de tu
vida!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente: Dominicas de Lerma