Beatriz anima a otros jóvenes que están en búsqueda a que no tengan miedo, que sean valientes. “Muchos se lo plantean, pero no lo hacen por miedo, por no romper su vida, no arriesgan, buscan lo fácil”
![]() |
Beatriz, en un momento de su toma de hábito en las benedictinas de Sahagún (León) |
En
una ceremonia todavía marcada por los límites que impone la pandemia, pero no
por ello exenta de emoción, Beatriz continua este recorrido vocacional que inició gracias a la
actividad que este monasterio realiza a través de las redes sociales y
que propició que esta joven haya acabado en Sahagún.
De
hecho, la última vez que
se celebró una vestición de hábito en este monasterio fue hace siete años cuando
llegó Sor Marta, conocida como la “monja youtuber”, y en buena parte causante
de que esta maestra de Zaragoza que sentía la llamada a la vida contemplativa
acabara allí y no en otro convento.
De
profesión maestra, Beatriz asegura, tal y como recoge el Diario de León,
que siempre tuvo clara la llamada de Dios, pero confiesa que estaba un poco
perdida. Cuenta que “nada
de lo que me ofrecía la vida en ese momento me satisfacía, y no sabía muy
bien porqué”.
Afirma
que llevaba una vida normal, como la de cualquier chica de su edad: “salía con mis amigos,
íbamos de cena, pero no encontraba felicidad en nada de eso, me faltaba
algo y no sabía muy bien el qué”.
Buscando
ese sentido, esa felicidad que anhelaba empezó a percatarse que quizás Dios la
estaba llamando para entregarse a Él. Beatriz pasó por un tiempo de
discernimiento y fue en ese proceso como casi por casualidad conoció a las benedictinas
de Sahagún. “En ese momento tiré un poco de Youtube para conocer testimonios de chicas con
inquietud vocacional y lo conocí así”, relata en un vídeo publicado por su
ahora comunidad.
Le
llamó mucho la atención y se decidió a escribir un correo electrónico, “pero
sorprendentemente –explica la joven novicia- no recibí respuesta. Me sentí un
poco ignorada”. Pero lejos de desanimarse o darse por vencida dos días después
encontró un teléfono móvil y escribió un mensaje de Whatsapp. “Yo no sabía a quién escribía,
pero entré en contacto con la madre abadesa y sí encontré respuesta”,
afirma.
“Sentí que ese podría
ser mi camino",
apreciación que confirmó Beatriz al desplazarse a Sahagún para conocer a la
abadesa. Sin embargo, todo el proceso estuvo muy marcado por la pandemia.
Recuerda que “la primera vez que visitó el monasterio “fue la semana anterior a que se declarara el estado de alarma” y
que posteriormente para la entrada como postulante ella hubiera querido que
fuera el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, porque es de
Zaragoza. Pero tampoco pudo ser por la situación del virus en Sahagún. Al final
todo se adelantó de manera precipitada pero ella es feliz de haber tomado esta
decisión de entregarse a Cristo.
“Mi familia al principio se lo tomó mal,
acababa de sacar la oposición de profesora y tenía más o menos la vida
resuelta, no lo entendían del todo”, agrega Beatriz, contenta de haber estado
acompañada por su familia en un día tan especial, aunque su abuela, “a la que en parte debo mi
fe”, reconoce ella, no pudo estar presente físicamente en
Sahagún.
Sus
amigos no se sorprendieron tanto de su decisión de convertirse en religiosa. Es
más, cuenta Beatriz que cuando se lo anunció “no les extrañó para nada, porque siempre me vieron muy cerca del
Señor, parece incluso que ellos lo sabían antes que yo”.
Beatriz
anima a otros jóvenes que están en búsqueda a que no tengan miedo, que sean
valientes. “Muchos se lo
plantean, pero no lo hacen por miedo, por no romper su vida, no arriesgan,
buscan lo fácil”, asegura esta novicia, que lamenta que “muchas vidas
se pierden al buscar la felicidad y tomar el camino equivocado”.
La
llegada de esta joven supone un
espaldarazo a estas benedictinas que durante un tiempo han visto la importancia
de internet y de los testimonios para ayudar a chicas que sientan esa
inquietud vocacional.
Sor
Marta, cuyo vídeo vio Beatriz, se encarga de las redes sociales y es incluso
una “monja youtuber”. Esa
presencia y estos testimonios pueden servir de faro a otros, y esta nueva
novicia es un claro ejemplo de ello.
J. Lozano
Fuente: ReL