Las finanzas de la Iglesia fueron diseñadas originalmente para el apoyo básico del clero y para el beneficio de los pobres
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La relación de
la Iglesia católica con el dinero ha sido un tema complicado durante muchos
siglos.
Los abusos y
escándalos financieros han plagado a la Iglesia en los tiempos modernos, pero
también en la Europa medieval y durante otras épocas de la historia de la
Iglesia.
Todo esto trae
a colación la pregunta básica: «¿Por qué la Iglesia pide dinero?».
Dinero durante
el ministerio de Jesús
La necesidad de
dinero para financiar los gastos básicos fue parte del ministerio de Jesús con
sus 12 apóstoles.
Dice la
Enciclopedia Católica:
“Se nos dice
que Cristo y Sus Apóstoles tenían una bolsa común para sufragar sus gastos. Que
esta información nos llegue solo de manera accidental, a través de la narración
de un evento que no tiene relación directa con él, muestra que el evangelista
presume que el lector da por sentado que había una bolsa común para los gastos
de Cristo y sus discípulos».
Esto se refiere
al siguiente pasaje del Evangelio de Juan.
«Como Judas tenía
la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace
falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres»
Juan 13,29
Este único pasaje
destaca los dos propósitos principales del dinero que posee la Iglesia:
Para las
necesidades humanas básicas del clero («Compra lo que necesitemos para la
fiesta»)
Para el apoyo
de los pobres («Dar algo a los pobres»)
Manejo del
dinero por parte de los apóstoles
Después de la
Ascensión de Jesús, los apóstoles continuaron con este tratamiento del dinero.
Muchos de los
primeros cristianos incluso vendían sus casas para poder dar el dinero a los
apóstoles.
Sin embargo, no
era tanto para ellos como para la comunidad.
«No había entre
ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los
vendían, traían el importe de la venta, y lo ponían a los pies de los
apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad»
Hechos 4, 34-35
Al mismo
tiempo, san Pablo recordó a los primeros cristianos que el clero necesita
un sustento humano básico.
«He aquí mi
defensa contra mis acusadores. 4.¿Por ventura no tenemos derecho a comer y
beber?»
1 Corintios 9,
3-4
Sin embargo,
San Pablo también reitera en sus escritos cómo debemos ser generosos con
nuestro dinero, apoyando a la viuda y al huérfano.
Del Imperio
Romano hasta hoy
El tema de la
Iglesia manejando el dinero se volvió más complejo a medida que la Iglesia fue
aceptada en el Imperio Romano.
Esto llevó a
muchas tentaciones para los funcionarios de la Iglesia, y los santos a lo largo
de los siglos hablarían en contra de los abusos que pudieran surgir.
Esta es una de
las razones por las que la pobreza radical de san Francisco de Asís
supuso una revolución en las órdenes religiosas y dio un ejemplo poderoso que
permanece hasta el día de hoy.
Cómo la Iglesia puede equilibrar la necesidad de las necesidades básicas y el apoyo de los pobres sigue siendo un tema complicado que probablemente no se resolverá en el transcurso de nuestra vida.
Philip
Kosloski
Fuente: Aleteia