Capacidad de adaptación
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Nuestro
fundador, Sto. Domingo, tuvo una visión en la que el Señor le mostró que los
miembros de la Orden estaban bajo el manto de María, custodiados por Ella. Por
eso, una de las bendiciones que más me gusta emplear (porque me resulta muy
dominicana) es, precisamente: “Que la Virgen te cubra con su manto”.
Pues bien, eso
fue lo que le deseé a una amiga al cerrar el mail que le estaba escribiendo. Al
contestarme, ella me confesó que, lo primero que pensó al leerlo fue… “¡¡Uff,
qué calor!!”
Claro, no
contaba yo con las altas temperaturas madrileñas… Así que volví a escribirle,
deseándole esta vez “que el Espíritu Santo sople fuerte sobre ti”…
Esta anécdota,
además de hacerme sonreír, ¡me ha hecho orar mucho! Porque de pronto he caído
en la cuenta de la grandísima variedad de santos, carismas y atributos que
tenemos en la Iglesia. Tanto si hace frío como si hace calor, ¡siempre hay alguien
a quien acudir!
De pronto me
vino a la cabeza esa cita que tanto me gusta, en la que, recordando el maná, la
Palabra nos dice que era “pan a punto, de mil sabores, a gusto de todos” (Sb
16, 20).
Con lo
distintos que somos unos de otros, ¡¡y el Señor preparó un alimento que hiciera
las delicias de todos!!
Así de grande
es nuestro Señor: en cada instante nos da lo que necesitamos, pensando
particularmente en cada uno. Porque, incluso si nos miramos solo a nosotros
mismos, ¡vemos que cada día vamos cambiando!
Una mañana
puedes necesitar alegría y entusiasmo para afrontar la jornada… y esa misma
noche pude ser que necesites que el Señor calme ese enfado que te brota… En un
momento puedes estallar en alabanzas, y al siguiente puede aparecer una
preocupación…
Pues, por mucho
que cambie tu estado de ánimo o tus circunstancias, ¡¡Cristo permanece a tu
lado!! Y, en Él, siempre encontrarás lo que necesitas.
Hoy el reto del
amor es poner en manos del Señor tu corazón, como está, ¡sin máscaras! Regálale
cinco minutos de tu tiempo para decirle lo que llevas en tu interior. Tanto si
es un peso o una alegría, ¡Cristo está deseando compartirlo contigo! ¡Feliz
día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente:
Dominicas de Lerma