Francisco ha reflexionado sobre el Evangelio del día según el evangelista Juan que nos muestra el momento en el que una gran multitud de personas en barcas se fueron a buscar a Jesús a Cafarnaúm
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¿Buscamos a
Dios sólo para resolver nuestros problemas? Hoy el Papa Francisco nos pide
pararnos a pensar cual es nuestro verdadero motivo por el que buscamos a Dios y
nos recuerda que el verdadero amor es desinteresado: ¡no se ama para recibir un
favor a cambio!
Asomado, como
cada domingo, desde el balcón del Palacio Apostólico, este mediodía el Santo
Padre ha pedido a los fieles del mundo discernir cuales son los motivos que les
impulsan a buscar a Dios. Francisco ha reflexionado sobre el Evangelio del día
según el evangelista Juan que nos muestra el momento en el que una gran
multitud de personas en barcas se fueron a buscar a Jesús a Cafarnaúm. No le
buscaban porque hubieran recibido una señal sino porque anteriormente habían
vivido el milagro de la multiplicación de los panes, habían comido y se habían
saciado. “La gente no había captado el significado de aquel gesto: se había
quedado en el milagro externo y en el pan material” dice el Pontífice.
¿Buscamos a
Dios solo para cubrir nuestras necesidades?
Lo mismo nos
puede pasar a nosotros, por ello el Papa hoy quiere que reflexionemos los
motivos por los que buscamos al Señor. ¿Buscamos a Dios para nuestro propio
provecho, para resolver los problemas, para tener gracias a Él lo que no
podemos conseguir por nosotros mismos, por interés? “Si es así – dice el Papa –
la fe se queda en lo superficial y en lo milagroso: buscamos a Dios para que
nos alimente y luego nos olvidamos de Él cuando estamos satisfechos” pues “en
el centro de esta fe inmadura no está Dios, sino nuestras
necesidades”.
En este
sentido, el Papa insiste en que el Señor actúa mucho más allá de nuestras
expectativas y “desea vivir con nosotros ante todo en una relación de amor”,
recordando que “el verdadero amor es desinteresado, es gratuito: ¡no se ama
para recibir un favor a cambio!” dice el Papa, subrayando que eso se llama
"interés" y tantas veces - dice - "en la vida somos
interesados".
Dios nos enseña
a amar sin intereses y sin cálculos
Francisco recuerda
una pregunta que en aquel momento la multitud dirige a Jesús: "¿Qué hemos
de hacer para obrar las obras de Dios? El Papa explica que esta pregunta podría
traducirse en "¿cómo podemos purificar nuestra búsqueda de Dios?. Pues la
respuesta – dice el Papa – es “Jesús”. “No es añadir prácticas religiosas u
observar preceptos especiales; es acoger a Jesús en nuestras vidas, vivir una
historia de amor con Él”. De hecho – dice el Papa – “será Él quien purifique
nuestra fe” pues “no podemos hacerlo por nosotros mismos porque hay una
relación con Él que va más allá de la lógica del interés y del cálculo”.
Debemos
preguntarnos: en nuestras relaciones humanas y sociales ¿nos movemos por
interés?
Antes de rezar
a la Madre del cielo, el Papa ha insistido en que este discernimiento no solo
es respecto a Dios, también tenemos que discernir en nuestras relaciones
humanas y sociales, pues, como dice el Papa: “cuando buscamos sobre todo la
satisfacción de nuestras necesidades, corremos el riesgo de utilizar a las
personas y explotar las situaciones para nuestros fines. Y una sociedad cuyo
centro sean los intereses en lugar de las personas es una sociedad que no
genera vida” ha afirmado.
Por tanto, la
invitación del Evangelio de hoy y del Papa es: “en lugar de preocuparnos sólo
por el pan material que nos quita el hambre, acojamos a Jesús como pan de vida
y, a partir de nuestra amistad con Él, aprendamos a amarnos entre nosotros. Con
gratuidad y sin cálculo”. "Amor libre sin cálculo, sin utilizar a las
personas, con gratuidad, con generosidad, con magnanimidad"
concluye.
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
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