Carmen Calvo había llegado a una buena relación con Omella, Bolaños organizó el funeral estilo ‘masónico’ por las víctimas del COVID y preocupa la titular de Educación
Félix Bolaños. Dominio público |
Según fuentes de la Conferencia Episcopal consultadas por RC, que
quieren ser, de momento, cautas, en la nueva situación no parece que se vayan a
facilitar las cosas. El cambio de interlocutores no favorece a la Iglesia por
varias razones, entre otras porque ya existía un conocimiento y un hábito de
trabajo con el anterior equipo.
Hasta el pasado fin de semana, la interlocución al más alto nivel
estaba en manos de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y
el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Juan José Omella. Una relación
fluida, que había ganado en confianza en los últimos meses, hasta tal punto que
Omella resaltaba la sinceridad con la que Carmen Calvo le hacía algunas
confidencias personales sobre su vida.
Al cardenal Omella se le han marchado ya dos ministros con los que
decía tener empatía. El primero, Salvador Illa, y ahora Carmen Calvo.
Un funeral ‘masónico’
Con la salida de Carmen Calvo, que también suponía un aparente
freno a las políticas más agresivas en materia moral de
los ministros de Unidas Podemos, entra en liza una persona que no
es desconocida para la Iglesia, el nuevo ministro de la Presidencia, Félix
Bolaños.
Como secretario general de Presidencia del Gobierno, Bolaños fue
el responsable de la exhumación del cadáver de Franco
de la Basílica de El Valle de los Caídos. Por lo tanto, es un
viejo conocido, tanto del Prior del Valle como del arzobispo de Madrid,
cardenal Osoro, que facilitó la operación de exhumación de los restos de
Franco.
Félix Bolaños fue el responsable del organizar el funeral laico
por las víctimas de la Covid-19 que se celebró el 16 de julio de 2020, en el
Palacio Real, al que asistieron Osoro y el secretario general de la Conferencia
Episcopal, monseñor Luis Argüello. Funeral del que se dijo tenía, en su ritual,
influencias de la tradición masónica.
Las confesiones religiosas dependen de
Bolaños
Quienes conocen a Bolaños destacan su capacidad de negociación y
de “salirse con la suya”, lo que tendría consecuencias adversas para la Iglesia
si el Gobierno se planteara alguna decisión en políticas de Estado.
Además, en el organigrama de Moncloa, desde el primer Gobierno de
Pedro Sánchez, las competencias del diálogo con las confesiones religiosas
había pasado, del Ministerio de Justicia a Presidencia. La subdirección General
de Relaciones con las Confesiones pasa ahora a depender de Bolaños.
Ministra de Educación ‘ideológica’
En materia educativa, el cambio de Isabel Celaá por la aragonesa Pilar
Alegría no parece que vaya a facilitar las
reivindicaciones de la Iglesia respeto al desarrollo de la LOMLOE en las
materias de religión y de la Educación Concertada.
Un representante de la educación católica en Aragón, que quiere
permanecer en el anonimato, confiesa que “aunque pueda tener un perfil
moderado, Pilar Alegría está plegada a la presión ideológica y a la deriva
radical de las nuevas generaciones del PSOE. Hay más postureo que cambio en el
fondo”.
Durante los últimos meses, desde la Conferencia Episcopal se había
intensificado el acercamiento a José Luis Ábalos,
uno de los caídos de la mesa del Consejo de Ministro.
Relación con Margarita Robles
Del anterior equipo solo queda la baza de las buenas relaciones de
la Iglesia con la ministra de Defensa, Margarita Robles. Relaciones
que se han intensificado a propósito del nombramiento del nuevo arzobispo
castrense, que se espera para este final de mes.
A ese respecto, Robles ha mantenido constantes encuentros en las
últimas semanas, tanto con el Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito
Cleopas Auza, como con los cardenal Omella y Osoro, éste último interesado en
que el arzobispado castrense dependa de su jurisdicción.
En el arzobispado castrense se recuerda la buena relación que
Robles mantenía con el difunto arzobispo castrense, Juan del Río. El próximo
arzobispo tendrá que engrasar esa línea que dejó en herencia su predecesor.
No hay que olvidar, por último, que las relaciones entre la Santa
Sede y España se llevan a través del ministro de Asuntos Exteriores, en este
caso de José Manuel Albares, a quien se le conocen especiales vínculos con el
mundo diplomático vaticano en la persona del que es hoy Vicario
General de Toledo, monseñor César García Magán.
Fuente: ReligionConfidencial