No
hay oposición entre fe y ciencia
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el contenido del video mensaje del Papa Francisco con ocasión del encuentro de
científicos en Teramo promovido por la diócesis de los Abruzos. Su tarea es
formar a las nuevas generaciones, constructoras de la paz en un mundo que, tras
la pandemia, tiene la oportunidad de replantearse la relación entre ciencia y
sociedad.
El encuentro con los científicos "es un gran
regalo de esperanza para la humanidad", porque "nunca antes como en
estos tiempos se siente la necesidad de un relanzamiento de la investigación
científica para afrontar los retos de la sociedad contemporánea". Para
"desarrollar el deseo de conocimiento que se esconde en el corazón de cada
hombre y mujer", como dice la encíclica Fratelli tutti, es necesario, por tanto, "que
la investigación científica ponga sus propias indicaciones al servicio de
todos, buscando siempre nuevas formas de colaboración, de compartir resultados
y de construir redes".
No hay oposición entre fe y ciencia
Con estas palabras el Papa Francisco se dirigió a los
científicos y autoridades académicas reunidos en la Universidad de Teramo con
ocasión del Encuentro Internacional "Ciencia para la Paz", organizado
con motivo del Jubileo de San Gabriel, cuyo santuario se encuentra en las
laderas del Gran Sasso, donde están ubicados los laboratorios nacionales de
física nuclear.
Un encuentro promovido por la diócesis de Teramo, que
alegra especialmente al Papa, porque testimonia "que no puede ni debe
haber oposición entre fe y ciencia".
Repensar la relación entre sanidad y
familia
Sin descuidar el riesgo de que "el progreso
científico se considere el único enfoque posible para comprender un aspecto de
la vida, la sociedad y el mundo", Francisco también subraya que, debido a
la pandemia, es necesario formular una nueva relación entre la ciencia y la
sociedad.
La experiencia de la emergencia sanitaria, aún más y
en cierto modo, con más urgencia; ha instado al mundo de la ciencia a repensar
las perspectivas de la prevención, la terapia y la organización sanitaria,
teniendo en cuenta las implicaciones antropológicas relacionadas con la
sociedad y la calidad de las relaciones entre las familias y, sobre todo, entre
las generaciones.
"Ningún conocimiento científico", de hecho,
"debe caminar solo y sentirse autosuficiente". La realidad histórica,
por tanto, "necesita ser atendida en la pluralidad de los conocimientos,
que en su especificidad contribuyen al crecimiento de una nueva cultura capaz
de construir la sociedad promoviendo la dignidad y el desarrollo de cada hombre
y mujer".
Formar a las nuevas generaciones
Al agradecer a los invitados al encuentro y a
"todos los hombres y mujeres que se dedican a la investigación
científica", el Papa Francisco recordó en particular al profesor italiano
Antonio Zichici, premiado durante este evento, "que sigue dedicando su vida
al desarrollo de la ciencia y a la formación de las nuevas generaciones".
Esta última es una tarea clave para el desarrollo de la ciencia:
“Os pido que acompañéis la formación de las nuevas
generaciones enseñándoles a no tener miedo al esfuerzo de la investigación. El
Maestro también se deja buscar: Inculca a todos la certeza de que cuando se
busca con honestidad se encuentra la verdad. El cambio de época necesita nuevos
discípulos del conocimiento, y vosotros, queridos científicos, sois los
maestros de una nueva generación de pacificadores”
Crear un nuevo vínculo social
La ciencia, de hecho, "es un gran recurso para
construir la paz" y la tarea del científico es, por consiguiente,
"ser testigo de cómo es posible crear un nuevo vínculo social",
comprometiéndose "a hacer que la investigación científica esté cerca de
toda la comunidad, desde la local hasta la internacional, y que juntos sea
posible superar todo conflicto", concluye el Papa.
Michele Raviart - Ciudad del Vaticano
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