Un fenómeno cada vez más frecuente en Occidente es el de los adolescentes que piden el bautizo.
Dominio público |
Todos
ellos necesitan pasar un catecumenado con los mismos pasos que un adulto y,
mientras sean menores, la Iglesia suele pedir que sus padres firmen el permiso
para el bautismo.
En
España es más común que un adolescente haya sido bautizado de niño y retorne a
la fe con la confirmación en un buen grupo de catequesis juvenil o colegio
católico. Pero es más infrecuente que un bautizado en otras iglesias se
confirme como católico. Cada vez hay más casos y más variados y vale la
pena aprender de otros países. Pero en muchos lugares no basta con que
el colegio sea "católico", sino que se necesita un
"empujón": jóvenes que anuncien el evangelio a adolescentes.
El Catholic Leader de
Australia recoge algunos casos de adolescentes, en una escuela de la ciudad de
Caloundra, que se incorporan a una Iglesia que tenían a la vez muy
cerca y muy lejos.
En
Australia, como en otros países, pocos jóvenes y adolescentes piensan en Dios.
Un estudio de 2019 afirma que un 52% de adolescentes del país no se sienten
miembros de ninguna religión, y que sólo un tercio de adolescentes cree
en Dios. Un 19% de adolescentes se declara católico, aunque a menudo
eso sólo significa que no se considera ni ateo ni protestante.
Bautizada protestante, pero sin ninguna
práctica religiosa
Tenemos
el caso de Verity-Jane Lebeter. De niña fue bautizada en la principal
denominación metodista-presbiteriana del país, pero en su casa no se practicaba
ninguna religión ni se hablaba de Dios. Iba a una escuela católica,
pero en la que tampoco se hablaba apenas de Dios. Hasta que llegó un
grupo de cinco chicos jóvenes, misioneros voluntarios de NET Ministries,
un movimiento nacido en Estados Unidos que se ha ido extendiendo en los últimos
años. Organizaban charlas con juegos, música y testimonios y
hacían de enlace con la parroquia local.
Avisaron
a los alumnos que vendrían esos jóvenes. "Yo sabía que quería
profundizar más en mi fe, y no lo hice hasta que vinieron ellos", explica
Verity-Jane. Organizaron varias sesiones. Y poco antes de que finalizan,
ella les preguntó: "¿cómo puedo hacerme católica?"
"Yo
no sabía ni si era posible hacerse católico si ya estás bautizada",
explica. Le dijeron que tenía que tomar unas clases para conocer la fe. Una vez
confirmada, en una ceremonia con el obispo, Verity-Jane intenta ir a
misa diaria. Ya no va a esa escuela, pero sí a la capilla escolar los
domingos.
"Viví
sin religión durante 17 años y medio de mi vida, y este medio año
de saber lo que Jesús hizo, no sólo por mí, sino por todos, fue un cambio de
vida", explica.
La alegría de una joven misionera
Una
de esas cinco misioneras jóvenes de NET Ministries es Shania Allen, de
22 años, emocionada y contenta de que su voluntariado evangelizador haya dado
fruto en algunos chicos. "Me hace llorar, literalmente, que Dios
haga eso, y que ellos lo elijan", declara.
"Con
Cristo hay una diferencia. No estás sólo contenta, sino que tienes un gozo
profundo y duradero. Dejas que otras personas vean ese gozo, dejas que
vean el bien que Dios ha hecho en tu vida, muchas veces sin tener que
decir nada, en la forma en que amas y actúas y te comportas...", explica.
“Ser
testigo atrae a los jóvenes, los has de encontrar en el punto en que se
encuentran, y dejar que ellos marquen el paso. Dejarles tomar
decisiones es lo más grande, porque no se les puede forzar a nada, no
funcionaría", añade.
Shania
pensaba dejar Caloundra y volver a Melbourne tras su apostolado, pero decidió
quedarse en vacaciones porque una docena de chavales, tanteados por el
sacerdote local, estaban dispuestos a aprender más de la fe tras las
charlas de NET Ministries y algunos retiros y campamentos. Ellos pedían que
fuera un encuentro semanal. "Era hermoso ver su fascinación con la
Iglesia, hay jóvenes que buscan la verdad y la bondad y la belleza de
la Iglesia", dice Shania.
Intrigada por la adoración en un campamento
Otro
caso es el de Hayley Murphy, también con escasa experiencia de cosas
religiosas. En septiembre de 2020 acudió a su primer campamento católico para
jóvenes, y hubo adoración eucarística.
Eso le intrigó. "Era una sensación distinta, diferente a todo lo
que hubiera experimentado antes", explica. "Quise realmente explorar
más y ver dónde llevaba".
En
un evento organizado por NET volvió a encontrarse ante el Santísimo
Sacramento... y sintió un deseo fuerte de hacerse católica. Fue al
párroco y le preguntó cómo podía bautizarse. "Me dijo que esa
misma noche otro joven le había pedido bautizarse".
Hayley
fue bautizada con 15 años en la capilla de su escuela, en febrero de
2021, rodeada de su familia y sus nuevos hermanos en la fe.
Es
ahora la única católica de su familia, pero sus padres la apoyan y
la ayudan a ir a misa los domingos.
"Te
da algo en lo que creer, alguien quien confiar, amor, fe, valía, propósito,
todas esas cosas que ves que faltan en otros sitios. Como jóvenes,
todos intentamos encontrar nuestra identidad, así que la fe es parte
importante de eso", añade la muchacha.
La clase de religión le aburría, pero quería
ser practicante
Otro
caso es el de Latrisse Contessa, bautizada católica y alumna de escuela
católica, pero toda su vida alejada de la fe. “Siempre me había atraído la
idea de ser practicante, pero nunca tuve personas alrededor que lo fueran.
Ahora, al crecer, simplemente quise hacerlo", explica.
Se
apuntó a las clases para adolescentes de Sania y el sacerdote. "Pensé
que serían como la clase de religión de la escuela, que me parecía bastante
aburrida, la misma cosa una y otra vez. Pero aquí siempre estás
aprendiendo, no sólo la Primera Comunión en sí, sino por qué lo hacemos".
Su
primera comunión,
que ha sido como adolescente ya madura, la ha "llenado de
gozo". "Es difícil de describir, pero es como si no pudiera
dejar de sonreír", explica. También destaca la idea de identidad:
"me ayuda a saber quién soy y cuáles son mis creencias y a donde voy en mi
vida".
Formar jóvenes líderes que acerquen a Jesús a
los adolescentes
El
sacerdote, el padre Josh, trabajando con estos adolescentes conversos y con los
jóvenes laicos misioneros como los de NET, se ha convencido de que hay que
cambiar algunas mentalidades en la organización eclesial, para "invitar a
líderes jóvenes a una vida de servicio y discipulado, caminando con otros
jóvenes". Estos chicos conversos vivieron un "encuentro radical con
Jesús", detalla, por la generosidad y entrega de otros jóvenes.
P. J. G.
Fuente: ReL