Hidilyn Díaz celebra en el podio con su Medalla Milagrosa de la Virgen María
Vincenzo PINTO | AFP |
Confluyeron
muchas emociones cuando Hidilyn Díaz se subió al podio para recibir su medalla
de oro olímpica, la primera en la historia de Filipinas.
Esta deportista
de 30 años mantuvo su saludo con el himno nacional de su país sonando de fondo mientras caían
lágrimas por su rostro enmascarado. No solo había batido su propio récord
personal al lograr levantar y sostener sobre su cabeza nada menos que un total
224 kilos (97 kg en arranque y 127 en a dos tiempos), sino que también ha
batido el récord mundial en la categoría de 55 kilos en halterofilia.
La ceremonia
que tuvo lugar el lunes en Tokio se hizo aún más especial cuando la olímpica
alzó su medalla para enseñarla a la multitud. Pero no era su reluciente medalla
de oro la que mostraba, sino una Medalla Milagrosa de Nuestra Señora que
colgaba de su cuello.
La nueva
campeona expresó su sorpresa al ser capaz de levantar semejante peso, según
compartió en su idioma materno con la revista Rappler:
“No esperaba
levantar eso ayer. Supongo que fue gracias a Dios y a todas las personas que
rezaron por mí ayer. Estoy agradecida a todos los que rezaron e hicieron la
novena”.
Obviamente, la
medalla de Díaz le resulta muy preciada, junto con las oraciones de todos
los que la han apoyado en su camino a la victoria. Según explicó en Spin.Ph,
un amigo suyo le había dado la medalla y rezado una novena por ella:
“Rezó una
novena durante nueve días, luego yo también hice una novena. Fue una señal de
oraciones y fe en Mamá María y Jesucristo”.
Sus oraciones y
las oraciones de todos sus familiares, amigos y seguidores sin duda recibieron
respuesta. Filipinas compite en los Juegos Olímpicos desde hace 97 años, pero
la medalla de Díaz es el primer oro que se lleva el país, por lo que seguro
será motivo de una enorme celebración.
Una celebración
más especial si cabe si se tiene en cuenta que Filipinas ha tenido unas
restricciones de cuarentena de las más severas del mundo durante la pandemia,
lo cual ha dificultado extremadamente el entrenamiento.
En las vísperas
de su cuarta Olimpiada, tras ganar una medalla de plata en las Olimpiadas de
Río de 2016, Díaz estaba atrapada en Malasia sin acceso a equipamiento de
entrenamiento, únicamente palos y garrafas de agua que usó como peso, más una
voluntad férrea que solo podía venir del Cielo.
“Creíamos que
era imposible, yo también pensé que era imposible, con esta pandemia… Estamos
en una pandemia, las Olimpiadas son imposibles. Pero aquí estamos ahora. Así
que podemos hacerlo. No te rindas. Sean cuales sean los desafíos y las
pruebas, recemos a Dios, Él nos guiará”, compartió la campeona en ABS-CBN
News.
De modo que,
armada de su medalla y su sólida fe, Díaz superó todas las expectativas. “Me
sorprendió haber hecho eso. Dios es excepcional”, señaló en una entrevista con
Gretchen Ho de Cignal TV.
Las frases de
Díaz son traducciones de sus declaraciones originales.
Cerith
Gardiner
Fuente: Aleteia