La entidad eclesial reconoce en la presentación de su memoria anual que la presión asistencial todavía no ha bajado
![]() |
Foto: Cáritas Española |
Según explicó
Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas Española, durante la
presentación, en torno a 500.000 personas acudieron por primera vez o habían
vuelto después de mucho tiempo, una circunstancia en la que ha tenido mucho que
ver la pandemia. En este sentido, a pesar de que se están levantando las
restricciones y avanza la vacunación, Flores señala que «no baja la presión
asistencial» en las distintas Cáritas.
«Las demandas
de ayuda se han duplicado durante la pandemia, sobre todo, en alimentación y
gastos relacionados con la vivienda. Además, estas Cáritas se han visto muchas
veces desbordadas, pero han respondido con flexibilidad, creatividad y
esfuerzo», ha añadido Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española.
Además del
número de atendidos, la memoria recoge, además, la inversión de la entidad
eclesial, que fue de 386 millones de euros, unos 50 millones más que el año
anterior. Una cifra que se ha alcanzado gracias al apoyo de socios, donantes y
colaboradores privados (273 millones) y de las administraciones públicas (113,5
millones). Con en el caso de personas apoyadas, Acogida y asistencia se lleva
el grueso de la inversión: 92,4 millones de euros.
En este
sentido, según ha subrayado Peiro, Cáritas ha trabajado durante el año 2020
sobre cinco líneas fundamentales: el derecho a la alimentación y el vestido, la
soledad no deseada, los migrantes en situación administrativa irregular, las
personas sin hogar y la cooperación.
Impacto social
y mental de la pandemia
Además de la
memoria, se ha presentado un nuevo número del Observatorio de la Realidad
Social, que aborda la realidad de las familias acompañadas por Cáritas y el
impacto que ha tenido en ellas la pandemia. Hace especial hincapié en el
empleo, los ingresos, la vivienda y la salud mental.
Sobre la
última, el informe muestra que en torno al 40 % de la población en exclusión ha
sentido agobio o estrés, preocupación por muchas cosas sin poder controlarlo,
tristeza o depresión. Circunstancias que han provocado que el mismo porcentaje
haya sufrido uno o más ataques de ansiedad o pánico.
A nivel social,
señala que el 43 % de las personas que atiende Cáritas están en desempleo, tres
veces más que el conjunto de la población. Además, 315.000 personas viven en
hogares cuyos ingresos son tan escasos que no han salido de situaciones de
pobreza, mientras que 700.000 viven bajo el umbral de la pobreza severa.
La vivienda
sigue siendo una gran losa, pues más de 220.000 hogares no pueden hacer frente
a los gastos de suministros básicos, mientras que el 20 % de las familias ha
tenido que cambiar de residencia por no poder seguir afrontando el coste.
Además, la brecha digital se ceba con ellas, pues más de la mitad está en
situación de apagón tecnológico.
«Se habla de
vuelta a la normalidad, pero quizás debamos empezar por repensar esa normalidad
y plantear que lo que tenemos delante es una oportunidad para crear un
escenario diferente, de construir una normalidad que difiera en algunos puntos
sustanciales de los que conocíamos y donde los derechos humanos sean
garantizados de forma eficaz para todas las personas», ha concluido Raúl
Flores.
Fran Otero
Fuente: Alfa y
Omega