Vive desde el amor
Hace unos días tuve que subir a
la parte más alta del monasterio. Es como si fuera una boardilla. Allí se
guardan las cosas más antiguas, las que ya no se usan. Iba en busca de un reloj
antiguo... que no encontré. Me llamó la atención un paraguas que había en una
esquina. Lo miré, noté que el mango estaba desgastado y, al abrirlo, vi algunas
varillas rotas. Pensé: ¿Cuántas monjas se habrán resguardado de la lluvia con
este paraguas? ¿Cuántos caminos habrá recorrido?... Y ahora aquí, en esta
esquina, sigue cumpliendo su misión de recordarnos que el valor no está en lo
que hacemos sino en lo que somos.
Cuando pasa el tiempo miramos
hacia atrás y recordamos todo lo que hemos vivido, lo que hemos hecho... El
tiempo pasa y ahora nos encontramos con que algunas cosas ya no podemos
hacerlas, porque tenemos las varillas rotas o algún que otro agujero. Pero sí
podemos seguir dando luz de otra manera. No anclados en lo que fuimos, sino
dando gracias al Señor por lo que somos en este momento.
Si el Señor te sostiene en la
existencia es porque tienes una misión que realizar. El Señor no te pide
grandes obras ni que todo esté perfecto, lo que te pide es que vivas desde el
amor, poniendo tu granito de arena. Que no te midas por lo que haces o vales,
sino por lo que eres. La mirada de Jesús sobre nosotros es una mirada de amor
sobre nuestro ser, no sobre nuestro hacer. El amor ve a la persona, no lo que te
aporta o lo que hace.
Por este motivo, aunque seamos
mayores y a veces ya no podamos hacer tantas cosas como antes... no importa, lo
esencial es que nunca dejes de amar.
Con la edad se van las fuerzas,
pero nace la sabiduría. Ese paraguas está roto y desgastado, pero sabe cómo se
lucha con una tormenta, cómo enfrentar al viento.
Hoy el reto del amor es vivir
desde el amor. Si sientes que eres un paraguas nuevo, recién estrenado: ¡ánimo,
Cristo te enseñará a luchar contra la lluvia! Si eres un paraguas con
sabiduría: ¡disfruta de ella y compártela con los que tienes contigo!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma