Estos días están siendo
especiales porque todas trabajamos juntas haciendo cadena para que los kits
puedan salir: unas grabamos cruces y libretas, otras empaquetan, otras montan
packs, ponen pegatinas...
Las jóvenes acercamos a las
mayores el trabajo para que no tengan que levantarse. Ayer, al empezar a
trabajar, tuve que llevar una caja a una de ellas y explicarle cómo hacerlo. Me
escuchó atentamente. Cuando terminé, miró a la caja con el trabajo como si se
tratase de algo maravilloso, levantó la mano despacito, se santiguó y ya
después empezó a trabajar.
Se me quedó grabado verla
santiguarse antes de trabajar. Seguía teniendo el mismo trabajo delante, pero
todo había cambiado: ya no era trabajo, sino ofrenda. Lo había transformado en
algo “divino”, no “humano”, y esto lo hacía diferente.
Hoy el reto del amor es que,
antes de trabajar o hacer alguna actividad, te pongas en presencia del Señor
santiguándote. Deja que entre en tu trabajo y pon algo de Él en lo que estés
haciendo: ora por las personas que comerán tu comida, ten un detalle con los
que asistirán a la reunión, escucha al que se acerque a la tienda o llame por
teléfono... trabajo marcado por la oración y el amor; con Cristo todo es
diferente, ¡disfruta del día con Él!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma