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Gena Melendrez - Shutterstock |
El jubileo compostelano se celebra cada vez que la fiesta
del Apóstol Santiago, 25 de julio, coincide en domingo. Y hacía 11 años que
esto no sucedía. Por ello, tanto las autoridades locales como el arzobispado de
Santiago llevaban preparando este año santo con especial atención, hasta que
llegó la pandemia.
Cabría la posibilidad de que el propio Papa visitara
Santiago durante el Año Santo. Así lo apuntaba el arzobispo de Santiago,
monseñor Barrio, en verano de 2019. Pero esto era antes del coronavirus…
La visita no se ha descartado oficialmente, aunque habrá que esperar la
evolución de la pandemia. De producirse, sería la primera vez que Francisco
pisa suelo español como papa.
Por tanto, Santiago es un destino a considerar en
2021, a pesar de las restricciones y las dificultades. Tal es así, que el
propio New York Times lo
ha elegido como uno de los destinos turísticos estrella de este año. Las
autoridades regionales trabajan a contrarreloj para asegurar la seguridad
sanitaria en todos los puntos del recorrido.
No por casualidad, este Jubileo ha sido bautizado como
«Jubileo de la esperanza». Como dice el arzobispo de Santiago en la carta
pastoral del Jubileo:
Cuánto más
complejos son nuestros desafíos, más precisamos de raíces profundas; solo así,
se podrán resolver con confianza, de modo que la altura socioeconómica de
nuestro continente no ponga en riesgo la estabilidad de todo el árbol. Cuando
una cultura sabe quién es, sabe mejor hacia dónde ir. Los desafíos que vivimos
en Europa son una oportunidad que no podemos desperdiciar si los afrontamos
desde el cimiento de valores que nos dieron origen y desarrollo.La esperanza
cristiana nace del realismo de Jesús crucificado y resucitado. No es un
optimismo, ni un producto de marketing. Nos permite ver, desde la oportunidad
de Dios y no desde nuestros juicios, lo que hay que curar y plenificar en
nuestro mundo y en nuestra Iglesia. Remueve las posibilidades del ser humano
concreto y reconoce, donde la mirada que juzga no ve más que a un inmigrante, a
un drogadicto, a un parado, a una prostituta, a un sin techo, a la humanidad
desfigurada por la injusticia. La esperanza acierta a crear las grietas
necesarias en las mentes y en la sociedad para que se movilicen recursos
personales y comunitarios: “Dadles vosotros de comer” (Mt 14, 16).
Por eso, la consumación de la esperanza es la caridad.
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Inma Álvarez
Fuente: Aleteia