Francisco comparte con los participantes de este encuentro, una reflexión sobre las bases fundamentales para construir una justicia social
En el marco del
primer encuentro virtual de los jueces del Comité por los Derechos Sociales de
África y América, el Papa Francisco envió a los participantes un saludo y un discurso
para reflexionar sobre la construcción de la justicia social.
No desconectarse de
la realidad
En primer lugar, el Santo Padre reflexionó sobre
la dimensión de la realidad: "Las ideas sobre las que
seguramente ustedes trabajarán, no debieran perder de vista el angustiante
cuadro en el que una pequeña parte de la humanidad vive en la opulencia,
mientras que a una cantidad cada vez más numerosa le es desconocida dignidad y
son ignorados o violados sus derechos más elementales", expresó Francisco,
alentándolos a "no pensar desconectados de la realidad".
El segundo punto que destacó el Papa se basa
en las formas en que se gesta la justicia: "Pienso en una obra
colectiva, en una obra de conjunto, en donde todos y todas las personas
bienintencionadas desafían la utopía y asumen que, así como el bien y el amor,
lo justo es una tarea que ha de conquistarse todos los días, porque el
desbalance es una tentación de cada minuto. Por eso cada día es una
conquista".
Comprometerse como
el buen Samaritano
En este sentido, el
Pontífice señaló que no solo se trata "de unirse para moldear esa nueva
justicia social", sino que es "necesario hacerlo con una actitud
de compromiso, siguiendo la senda del buen Samaritano".
El tercer paradigma a tener presente - continuó
afirmando Francisco- es reconocer la tentación tan frecuente de desentenderse
de los demás, especialmente de los más débiles: "Tenemos que
asumir que nos hemos acostumbrado a pasar de lado, a ignorar las situaciones
hasta que estas nos golpean directamente. El compromiso incondicional es
hacernos cargo del dolor del otro y no resbalar hacia una cultura de la
indiferencia. Ese tan cotidiano de mirar para otra parte".
No ignorar la
historia: es el eje conductor
Asimismo, el Papa
puntualizó la idea de la historia "como eje conductor"
y como "elemento fundamental en la construcción de la justicia
social".
De aquí surge
la cuarta reflexión -dijo Francisco- para los que
pretendan erigir una nueva justicia social para nuestro planeta, sediento de
dignidad:
"Sumar al
planteo la perspectiva del pasado, es decir, histórica, una reflexión
histórica. Ahí están las luchas, los triunfos y las derrotas. Allí se encuentra
la sangre de quienes dieron su vida por una humanidad plena e integrada. En el
pasado están todas las raíces de las experiencias, también las de aquella
justicia social que hoy queremos repensar, hacer crecer y potenciar".
La justicia sea
basado en el pueblo
Por otra parte, el
Santo Padre hizo hincapié a los jueces en que "muy difícil poder construir
la justicia social sin basarnos en el pueblo".
«El pueblo es la quinta base para
construir la justicia social. Y, desde el Evangelio, lo que a nosotros
creyentes Dios nos pide es ser pueblo de Dios, no elite de Dios. Porque los que
van por el camino de la “elite de Dios”, terminan en los tan consabidos
clericalismos elitistas que, por ahí, trabajan para el pueblo, pero nada con el
pueblo, sin sentirse pueblo».
Ser solidarios y
justos
Igualmente, el Papa
sugirió a los magistrados que en el momento de repensar la idea de la justicia
social, lo hagan siendo solidarios y justos.
«Solidarios al
luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta
de trabajo, de tierra y de vivienda. Techo, tierra y trabajo, las tres “T” que
nos ungen dignos. Luchando, en suma, contra quienes niegan los derechos
sociales y laborales. Luchando contra esa cultura que lleva a usar a los demás,
a esclavizar a los demás, y termina en quitar la dignidad de los demás. No
olviden que la solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de
hacer historia», afirmó el Pontífice añadiendo:
«Justos los que
hacen justicia. Justos sabiendo que, cuando resolviendo en el derecho, damos a
los pobres las cosas indispensables no les damos nuestras cosas, ni la de
terceros, sino que les devolvemos lo que es suyo. Hemos perdido muchas veces
esta idea de devolver lo que les pertenece».
Una justicia social
que sea más que una mera teoría
Antes de finalizar,
el Santo Padre invitó a todos a construir "la nueva justicia social
asumiendo que la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable
el derecho a la propiedad privada y subrayó siempre la función social de
cualquiera de sus formas".
"El derecho de propiedad es un derecho natural
secundario derivado del derecho que tienen todos, nacido del destino universal
de los bienes creados. No hay justicia social que pueda cimentarse en la
inequidad, que supone la concentración de la riqueza", concluyó Francisco
expresando su deseo de que todo lo que construyan sobre la justicia social
"sea más que una mera teoría", sino más bien "una nueva y
urgente práctica judicial, que coadyuve a que la humanidad pueda, en un futuro
bien cercano, integrarse en la plenitud y la paz".
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Vatican News