¿Sabías que el Papa Francisco realizó una reflexión sobre el significado y valor del pesebre en Navidad? Esto lo hizo en su carta apostólica Admirabile signum, que firmó el 1 de diciembre de 2019 en la localidad italiana de Greccio.
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Aquí los 9 datos sobre el significado y valor del pesebre en Navidad.
1. El pesebre es como un “Evangelio vivo”
El Papa Francisco recordó que la
escenificación del nacimiento de Jesús “es como un Evangelio vivo, que surge de
las páginas de la Sagrada Escritura” para invitar a los hombres a “ponerse
espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho
hombre para encontrar a cada hombre”.
El evangelista Lucas narra que María
“dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un
pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. Jesús fue colocado en
un pesebre; palabra que procede del latín: praesepium”.
2. El origen del símbolo se remonta al tiempo de San Francisco
El Papa recordó que la historia
de los pesebres de Navidad se remonta a días posteriores al 29 de noviembre de
1223, cuando el Papa Honorio III aprobó la Regla franciscana a San Francisco de
Asís en Roma.
“Después de su viaje a Tierra
Santa, aquellas grutas le recordaban de manera especial el paisaje de Belén. Y
es posible que el Poverello quedase impresionado en Roma, por los mosaicos de
la Basílica de Santa María la Mayor que representan el nacimiento de Jesús,
justo al lado del lugar donde se conservaban, según una antigua tradición, las
tablas del pesebre”, escribió el Papa.
Quince días antes de la Navidad
de aquel año, en Greccio (Italia), el santo le expresó a un hombre de nombre
Juan que deseaba “celebrar la memoria del Niño que nació en Belén” para
“contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de
niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el
buey y el asno”. El hombre cumplió con el deseo y el 25 de diciembre, junto a
frailes y otras personas, San Francisco encontró el pesebre con el heno, el
buey y el asno.
Las personas “mostraron frente a
la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca antes habían
experimentado”. “Después el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente
la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la
Eucaristía. En aquella ocasión no había figuras: el belén fue realizado y
vivido por todos los presentes”.
3. El pesebre manifiesta la
ternura de Dios
“¿Por qué el belén suscita tanto
asombro y nos conmueve?”, pregunta el Papa en su carta. Señaló que eso no solo
se debe a que “nos ayuda a revivir la historia que ocurrió en Belén”, sino que
“manifiesta la ternura de Dios”, que siendo Creador del universo, “se abaja a
nuestra pequeñez”.
También señaló que el belén “es
desde su origen franciscano una invitación a ‘sentir’, a ‘tocar’ la pobreza que
el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación” y “una llamada a encontrarlo
y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados”.
4. En el pesebre toda la
creación participa en la fiesta de la venida de Jesús
En Admirabile signum, el
Papa Francisco repasa los elementos que componen el nacimiento que se arma en
los hogares, como el cielo estrellado, los paisajes, los animales y los
pastores. Estos, afirmó, recuerdan lo que habían anunciado los profetas: “Que
toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías”.
También indicó que “los ángeles y
la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en
camino para llegar a la gruta y adorar al Señor”; mientras que “los pastores se
convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación
que se les ofrece”.
5. La figura de María y el
misterio de su llamado
Sobre la imagen de la Virgen
María, el Papa dijo: “María es una madre que contempla a su hijo y lo muestra a
cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha
envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón
inmaculado”. “Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo solo para
sí misma, sino que pide a todos que obedezcan a su palabra y la pongan en
práctica”, agregó.
6. La figura San José como
custodio de la familia
Luego, el Pontífice afirma que
“junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está San
José”, representado con el bastón en la mano y, a veces, sosteniendo una
lámpara.
“Él es el custodio que nunca se
cansa de proteger a su familia” y que no duda en ponerse en camino ante la
amenaza de Herodes. Fue el primer educador de Jesús niño y adolescente; “y como
hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica”.
7. “El corazón del pesebre
comienza a palpitar cuando se coloca al Niño Jesús”
En su carta, el Papa Francisco
afirma que el “corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad,
colocamos la imagen del Niño Jesús”, porque “Dios se presenta así, en un niño,
para ser recibido en nuestros brazos”.
“En la debilidad y en la
fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible,
pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido
revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender
sus manos hacia todos”, agregó.
8. Los Reyes Magos nos
recuerdan nuestra misión evangelizadora
El Papa también recuerda que en
la fiesta de la Epifanía está la costumbre de colocar las tres figuras de los
Reyes Magos que llegan de Oriente para contemplar al Niño y ofrecerle los dones
de oro, incienso y mirra. Esta escena llama “a reflexionar sobre la
responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador”, señaló.
Además, los Magos, hombres
sedientos de lo infinito, “enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para
llegar a Cristo”.
“No se dejan escandalizar por la
pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo. Ante Él
comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las
estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a
los humildes. Y ciertamente, llegados a su país, habrán contado este encuentro
sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes”,
dijo el Papa.
9. El pesebre “habla del
amor de Dios”
El Papa Francisco invita en su
carta apostólica a recordar cuando se era niño y se esperaba con impaciencia el
tiempo para empezar a construir el belén. “Estos recuerdos nos llevan a tomar
nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y
al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los
hijos y a los nietos la misma experiencia”.
También dijo que “no es
importante cómo se prepara el pesebre”, ya que “puede ser siempre igual o
modificarse cada año”, porque “lo que cuenta es que este hable a nuestra vida”.
“En cualquier lugar y de cualquier manera, el belén habla del amor de Dios, el
Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano,
cualquiera que sea su condición”, concluye el Santo Padre en Admirabile
signum.
La carta completa puede
leerse AQUÍ.
Fuente: ACI Prensa