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Catherine y Ryan, durante una de sus caminatas por el Himalaya. Foto: Catholic Weekly. |
Los padres de Catherine eran refugiados de la
guerra de Vietnam en Australia. Ella fue educada en los valores
budistas y en una fuerte ética del trabajo. No comía carne, sólo verdura,
intentaba ser “buena persona, pero fallando” y se quemaba con los estudios. En
la universidad, más dura, se desilusionó. “Debe haber un propósito más elevado en la vida, ¿dónde
está la verdadera felicidad?”, se preguntaba.
Después de un año de sufrir esta grave situación,
reunieron fuerzas para visitar Darjeeling en la India, donde él había nacido y
donde estaban su abuela y su tía. Se trataba de una familia devota y católica en un
pueblecito de mayoría católica alrededor de una parroquia, St
Mary’s Hill, en los Himalayas.
Allí Ryan y Catherine paseaban por la montaña, y casi cada día pasaban ante una
gruta que es réplica de la cueva de Lourdes, con una imagen de la
Virgen de Lourdes. “Nuestra Señora sabía que necesitábamos ayuda y nos mantenía
cerca”, considera Catherine.
La casa de la abuela estaba llena de crucifijos y
estatuas de la Virgen. Ryan
le dijo a Catherine que recordaba a su abuela rezando el
rosario varias veces al día e ir a misa cada día a las 6 de la
mañana incluso en el invierno del Himalaya. Allí estaba también la Tía
Bibi, que también acudía a la misa matinal con el amanecer cada día. En
domingos se ponía su mejor sari y los animaba a ir a misa, aunque ellos no
daban el paso. Allí, Tía Bibi rezaba por ellos.
En estos días en su hogar natal Ryan empezó a
mejorar. Ya se reía, hablaba y recuperaba su antiguo talante. “Dios le estaba sanando y yo
lo observaba”, dice su esposa.
El último domingo en Darjeeling se animaron a
madrugar e ir a misa: él lo quiso y ella la acompañó. “Era mi primera misa y yo le estaba agradecida al Dios cristiano,
mi corazón se empezaba a abrir”.
De vuelta a Australia, la fe católica de Ryan crecía y crecía. Un amigo cristiano
lo animó a hablar en serio de la fe con su esposa. Pero ella no quería
romper sus raíces budistas porque las asociaba con el amor tierno a su
familia.
El papel del obispo Barron
Ella acompañaba a su marido a misa. También vio la
serie de videos Catolicismo del
obispo Robert Barron, muy popular en inglés. “Empecé a ver la bondad en la Iglesia Católica y sus enseñanzas”,
explica.
Sin embargo, no captaba
nada sobrenatural en la misa, no sentía reverencia ante lo sagrado. ¿Cómo puede ser que aquí se
encuentren el cielo y la tierra?, se preguntaba.
El puente que le ayudó fue conocer a los
monjes benedictinos y los trapenses, con su tradición de “silencio y reverencia que yo
siempre he asociado con el culto y con Dios”.
En 2017 ella lloraba junto a su marido pensando que
hacerse cristiana sería como abandonar a su madre. Pero hablando en ese momento
entendió que con Dios podía recibir la gracia de amar a su madre más
todavía. Quedó en silencio mientras caían las lágrimas, dice, “me volví al Único Dios Verdadero
y lo acogí”.
Catherine fue bautizada el 31 de marzo de 2018, recordando todo
el camino que había comenzado paseando por esa colina del Himalaya, junto
a la imagen de la Virgen.
Publicado originariamente en Cari
Filii News.
Fuente: ReL