La inspiradora historia
del periodista y escritor español Manuel Lozano Garrido
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De
muy joven, durante la guerra civil española, llevaba la Eucaristía a escondidas
a las personas que le encomendaban, lo cual le costó la cárcel.
Un
día entre rejas, justamente Jueves Santo, le pasaron la Comunión oculta en un
ramo de flores y pasó toda la noche adorando a Jesús.
Cuando
tenía 22 años, su vida dio un vuelco: sufrió una parálisis progresiva que lo
dejó en una silla de ruedas. Así lo describe él, en su libro Cartas con la
señal de la cruz:
“Aparentemente
el dolor cambió mi destino de modo
radical. Dejé las aulas, colgué mi título, fui reducido a la soledad y el
silencio. El periodista que quise ser no ingresó en la Escuela; el pequeño
apóstol que soñaba llegar a ser dejó de ir a los barrios; pero mi ideal y mi vocación los tengo ahora delante, con una plenitud
que nunca pudiera soñar”.
La
discapacidad lo acompañó 28 años. También lo acompañó su hermana y cuidadora,
Lucy, «por quien hoy toco, veo, canto, rezo y amo», reconoció Lolo agradecido.
Cuando
todavía podía mover un poco los dedos le regalaron una máquina de escribir. Lo
primero que escribió en ella -recuerda el postulador de su causa de
canonización, Rafael Higueras en su biografía– fue una oración:
“Señor,
gracias.
La
primera palabra, tu nombre; que sea siempre la fuerza y el alma de esta
máquina…
Que
tu luz y tu transparencia estén siempre en la mente y en el corazón de todos
los que trabajen en ella, para
que lo que se haga sea noble, limpio y esperanzador”.
Más
tarde hizo que esa máquina de escribir fuera colocada en la base de lo que
sería el altar de su habitación donde a veces se celebraba la misa.
Cuando
perdió el movimiento de la mano derecha, aprendió a escribir con la izquierda,
y cuando tampoco con esta podía hacerlo, usaba un magnetófono para registrar
todo lo que deseaba decirle al mundo.
Su
mente permaneció lúcida y su sensibilidad muy por encima de la media. La
fortaleza interior era la cara oculta de su serena alegría.
Era
brillante para descubrir la verdad en el mundo y expresarla con palabras llenas
de sabiduría y belleza. Déjate inspirar por algunas de sus frases recogidas en
la siguiente galería de imágenes:
«Mi
profesión: inválido», se presentaba. Pero Manuel Lozano Garrido fue un gran
periodista y escritor. Escribió varios libros y centenares de artículos
periodísticos. Recibió e inspiró premios relacionados con la comunicación.
Los
últimos nueve años quedó además ciego. Él no se quejaba. Su médico bromeaba con
él: «Eres el enfermo grave que goza de mejor salud».
El
3 de noviembre de 1971, con 51 años, estaba rezando el Ave María -«ruega por
nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte»- cuando se paró su
corazón.
La
victoria final, Lolo la encontró al otro lado. La Iglesia católica lo reconoció
como beato el 12 de junio de 2010.
Patricia Navas
Fuente: Aleteia