La respuesta es sí, y el nombre que se la da a esta figura es “matrimonio mixto”
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Imagen referencial. Crédito: Unsplash. |
“Yo no creo que personas de religiones diferentes
deban mezclarse. Católico tiene que casarse con católico. Evangélico tiene que
casarse con evangélico”, fueron las palabras del P. Ricardo para los novios
María Fernanda y Jeferson, según indicó este último en junio de 2017.
Ante esta situación cabe preguntarse: ¿La Iglesia
Católica acepta el matrimonio de católicos con personas que no profesan la
misma fe?
La Iglesia regula la preparación, celebración y el posterior
acompañamiento de estos matrimonios, según detalla el Código de Derecho
Canónico en los cánones 1124 al 1128. También ofrece orientaciones en el
Directorio de Ecumenismo (números 143-160) para velar por la dignidad del
matrimonio y la estabilidad de una familia cristiana.
Los matrimonios mixtos también pueden darse entre
católicos y personas de otra religión. Para un matrimonio mixto se requiere la
licencia expresa de la autoridad competente, es decir, del obispo.
Para otorgar la licencia de matrimonio mixto deben
darse tres condiciones establecidas por el Código de Derecho Canónico en el
numeral 1125.
1. Que la parte católica declare que está dispuesta a
evitar cualquier peligro de apartarse de la fe, y prometa sinceramente que hará
cuanto le sea posible para que toda la prole se bautice y se eduque en
la Iglesia Católica.
2. Que se informe en su momento al otro contrayente
sobre las promesas que debe hacer la parte católica, de modo que conste que
es verdaderamente consciente de la promesa y de la obligación de la
parte católica.
3. Que ambas partes sean instruidas sobre los fines y
propiedades esenciales del matrimonio, que no pueden ser excluidos por ninguno
de los dos.
Además de recordar que este tipo de matrimonios
presentan una serie de desafíos adicionales que deben superarse, el Código de
Derecho Canónico establece en el canon 11206 que “corresponde a la Conferencia
Episcopal determinar tanto el modo según el cual han de hacerse estas
declaraciones y promesas, que son siempre necesarias, como la manera de que
quede constancia de las mismas en el fuero externo y de que se informe a la
parte no católica”.
Fuente: ACI Prensa