![]() |
Foto: Efe/Cabalar |
Actualmente,
en España, el 12 % de la población pasa sola todo el día, un porcentaje que
crece hasta el 31,1 % entre quienes están en paro. Según el nivel económico,
quienes están peor triplican el grado de soledad física de quienes están mejor,
y cuanto menor es el nivel de estudios de la persona, mayor soledad física
padece.
En
general, se trata de un fenómeno cada vez más extendido que afecta más a
quienes viven en grandes ciudades y localidades pequeñas, y a aquellos que
están solteros, separados o divorciados. Concretamente, más del 21 % de la
población siente aislamiento social, el 26 % leve y el 3 % de modo intenso, y
un 21,1 % de los españoles carece de un grupo de amigos. Entre los jóvenes,
además, el sentimiento de soledad se duplica.
Para
Agustín Blanco, director de la cátedra y coordinador del informe, «la pandemia
del coronavirus ha puesto imagen y voz a esta enfermedad más silenciosa que nos
acompaña desde hace años y que no deja de crecer. En la era de las redes
sociales, de la hiperconectividad, son cada vez más los que se sienten solos».
Un 13 % de trabajadores
pobres
El
informe aborda también otros fenómenos como el empleo, la vivienda o la
conciliación, y subraya que la tasa de pobreza de los ocupados en España es del
13 %, la tercera más alta de la Unión Europea, debido «al problema estructural
de empleo de baja calidad y escasa remuneración, profundamente enquistado en la
realidad laboral española».
En
este sentido, España destaca por tener una proporción mucho mayor de empleos
con contratos de duración determinada que la media europea –en 2018 era más del
doble– y de mucho más empleo a tiempo parcial involuntario. Sin embargo, España
se encuentra entre los diez países europeos donde las prestaciones de desempleo
tienen un mayor efecto reductor de la pobreza.
En
cuanto a la conciliación laboral, el informe revela que solo el 9,7 % de los
progenitores hace uso de la reducción de jornada, aunque con diferencias que denotan
una gran brecha de género: 19,9 % de las madres frente a solo el 1,8 % de los
padres, cuando en realidad «múltiples estudios han demostrado que la
utilización de permisos parentales por parte de los padres se traduce en una
mayor implicación en el cuidado de los niños».
Esto
se añade al problema de la vivienda en España, pues la emancipación individual
llega a suponer el 88,9 % del sueldo. El problema de turistización de pisos en
muchas ciudades y el hecho de que la vivienda con algún tipo de protección
comprende únicamente el 4 % del total son elementos que contribuyen a este
problema.
Xenofobia y las crisis de
la UE
El
Informe España 2020 también hace referencia a la xenofobia en la sociedad
española, agravada por el discurso de partidos populistas «que esgrimen los
fantasmas de la inmigración y el multiculturalismo, la inseguridad ciudadana,
el paro, la pérdida de soberanía ante organismos supranacionales y la
desilusión por los partidos tradicionales».
En
general, el 80 % de los españoles está a favor de que los inmigrantes traigan a
sus familias, el 90 % a favor de que cobren el subsidio de desempleo si se
quedan en paro, y que obtengan la nacionalidad más del 75 %. El porcentaje de
españoles que considera que los inmigrantes contribuyen al desarrollo económico
llega al 69 %, aunque entre el 50 y el 70 % considera elevada la percepción de
ayudas por parte de los inmigrantes, y más del 50 % piensa que abusan de la
atención sanitaria y reciben más ayudas sanitarias que los españoles.
Durante
la presentación del informe, el rector de la Universidad Pontificia Comillas,
Julio Martínez, destacó varios frentes a los que se enfrenta la sociedad hoy,
como «la tecnocracia que convierte al ser humano en objeto de experimentación y
productividad», o un aumento de la polaridad «por la que se niega a los otros
el derecho a opinar y no se reconoce la parte de verdad que puede tener el
otro». Entre otros desafíos también aparecen «la crisis de las instituciones
básicas, la falta de confianza en la política o el auge de los nacionalismos y
populismos».
Por
estos motivos, en medio de esta situación de pandemia, «tenemos que mirar a
largo plazo liberándonos del cortoplacismo de las elecciones y de las
oscilaciones de la Bolsa», y entender que «esta crisis es una oportunidad para
el discernimiento» y para un diálogo «que incluya la dimensión religiosa»,
según el rector de Comillas. Se trata de un reto «dificilísimo» pero «vital»,
en el que «todos estamos llamados a crear concordia y comunión».
Fuente:
Alfa y Omega