![]() |
| Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado. (ANSA) |
“Tenéis ante vosotros a un hombre como
vosotros mismos; es vuestro hermano, y entre vosotros, representantes de los estados
soberanos, uno de los más pequeños, él también, si queréis considerarnos, de
una diminuta, casi simbólica soberanía temporal, lo justo para ser libre de
ejercer su misión espiritual, y para asegurar a cualquiera que trate con él,
que es independiente de cualquier soberanía en este mundo. No tiene ningún
poder temporal, ni ninguna ambición de competir con vosotros; pues no tenemos
nada que pedir, ninguna pregunta que plantear; si alguna vez un deseo de ser
expresado y permiso de ser pedido, el de poder serviros en lo que nos es dado
para hacer, con desinterés, con humildad y amor.”
De hecho, el cardenal señala que el
Estado de la Ciudad del Vaticano puede asimilarse a otros Estados “desde un
punto de vista externo”, incluso en su exigüidad, pero, al mismo tiempo, “se
caracteriza por una peculiaridad irreductible - que debe tenerse siempre en
cuenta -, la de estar al servicio del ministerio del Papa, garantizando la
soberanía de la Santa Sede y la libertad del Romano Pontífice”. En este sentido
– puntualiza – “puede considerarse una realidad funcional e instrumental para
un propósito sobrenatural”.
En el citado discurso, recuerda Parolin,
San Pablo VI también señaló que la Santa Sede es portadora "de un mensaje
para toda la humanidad", interpretando las voces "de los pobres, de
los marginados, de los que sufren, del anhelo de justicia, de la dignidad de la
vida, de la libertad, del bienestar y del progreso".
La Santa Sede quiere anunciar la Buena Nueva
También a
señalado que la Santa Sede “se inspira en objetivos diferentes de los que
habitualmente persiguen los demás miembros de la Comunidad de Naciones” y cómo,
de la necesidad de perseguir estos objetivos, “nace un lugar particular dentro
de esa Comunidad”: “En el mencionado discurso, San Pablo VI se refirió a esta
peculiaridad, destacando la instrumentalidad de la presencia de la Santa Sede
en la Organización de las Naciones Unidas para anunciar la Buena Nueva:
"Celebramos aquí el epílogo de una laboriosa peregrinación en busca de la
conversación con el mundo entero, ya que se nos ha ordenado: 'Id y llevad la
Buena Nueva a todas las naciones' (Mc 16,15)" ha dicho Parolin a los
evaluadores del programa Moneyval del Consejo de Europa.
Palabras
de los papas
Para
corroborar esto, el Secretario de Estado ha recordado las palabras de San Juan
Pablo II a las Naciones Unidas, en el 50º aniversario de su fundación: “la
Santa Sede - en virtud de su misión espiritual - debe animar el esfuerzo común
por construir la civilización del amor, fundada en los valores universales de
la paz, la solidaridad, la justicia y la libertad". “Esta dimensión, que
podríamos denominar "profética" – dice Parolin – si por un lado
potencia la voz de los que no tienen voz, por otro, implica que ella misma sea
ejemplar en la gestión de todo lo que concierne al Estado, sobre todo el
aspecto económico-financiero”.
También ha
recordado las palabras del Papa Francisco en su Mensaje para el 25º aniversario
de la creación de la Fundación Populorum Progressio en 2017: "Cuando un
sistema económico - dijo el Papa Francisco - pone en el centro sólo al dios
dinero, se desencadenan políticas de exclusión y no hay más espacio para el
hombre o la mujer". Entonces el ser humano crea esa cultura de derroche
que implica sufrimiento, privando a muchos del derecho a vivir y ser felices”.
Lucha
contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo
El
Secretario de Estado así mismo ha querido subrayar el compromiso de la Santa
Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano en el ámbito de las finanzas y de
la cooperación internacional en general y, en particular, la elección de
participar en el sistema de evaluación de las normas contra el blanqueo de
dinero y la financiación del terrorismo, promovido por el Programa Moneyval del
Consejo de Europa: “En la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación
del terrorismo, nuestro sistema interno otorga un papel prominente a la
Autoridad de Inteligencia Financiera, que desempeña la función de supervisión y
regulación y la función de inteligencia financiera en este ámbito específico.
Junto con la Dirección de Inteligencia Financiera, otras entidades, en diversas
capacidades y cada una según sus propias atribuciones, desempeñan un papel en
las políticas de lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del
terrorismo”.
Además,
explica que recientemente también las entidades sin fines de lucro y las
organizaciones de voluntarios y las personas jurídicas canónicas y civiles
inscritas en los respectivos registros del Estado de la Ciudad del Vaticano
“han sido obligadas a informar a la FIA sobre las actividades sospechosas de
blanqueo de dinero o financiación del terrorismo”. Se puede ver, por tanto, una
aplicación progresiva de sistemas que permiten un mayor control de aquellas
corrientes financieras que podrían exponer a riesgos de blanqueo de dinero y
financiación del terrorismo. El Cardenal además, asegura a los evaluadores que
sus intervenciones y recomendaciones “son un recurso que atesoran”.
Los
fondos administrados por la Santa Sede están destinados a obras de religión o
de caridad
Por
último, Parolin explica que es evidente que la Santa Sede y el Estado de la
Ciudad del Vaticano no pueden ser tratados de la misma manera que los Estados
nacionales, que tienen una exposición diferente a los riesgos en cuestión. “A
diferencia de las demás entidades que se adhieren al proyecto Moneyval, cuyas
economías están destinadas a crear riqueza y bienestar para sus respectivas
comunidades nacionales, los fondos administrados por la Santa Sede y el Estado
de la Ciudad del Vaticano están destinados principalmente a obras de religión o
de caridad”. Al final de su discurso, ha agradecido a los evaluadores su
presencia y los estímulos que están dando a la Santa Sede para prestar un
servicio “que les permita pensar en una financiación cada vez más al servicio
de la humanidad” ha concluido el Cardenal.
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
Vatican News
