
Seguramente todos a los que les
guste cocinar lo sepan, pero yo me acabo de enterar. Me contaron el otro día
que, cuando se hace mayonesa o alioli, si mientras bates se te corta, no tienes
que tirarlo a la basura (que es lo que habría hecho yo) sino todo lo contrario:
añadir más cantidad y volver a batir... y así sucesivamente hasta que no se
corte, sino que se cuaje.
La verdad es que me encantan las
salsas. A veces me gusta más la salsa que el plato fuerte, pero nunca me
imaginé que me hablarían del Señor.
Sí, porque, al descubrir aquello,
Él me regaló comprender que en nuestra vida sucede igual. Muchas veces a lo
largo de nuestro camino “nos cortamos”, algo nos frustra y pensamos sobre
nosotros mismos en negativo.
En Cristo no existe la
posibilidad de tirarnos, sino que en Él siempre encontraremos los ingredientes
necesarios para otra nueva oportunidad.
Hoy el reto del amor es no tener
miedo a tu pobreza; sino, más bien, cuando te sobrevenga, acude al Señor, y
pídele los ingredientes que necesitas para poder servir de rico condimento en
la vida de los demás. Tu vida está llena de sentido, nunca te rindas. Él no se
rendirá hasta lograr hacer de ti uno con Él.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma