
¿Quién no ha tenido una mala
caída? Esto es lo que le ha pasado a mi bolígrafo de diseñar. Junto a la tablet
siempre llevo sujeto con una goma el bolígrafo de diseño, con el cual escribo,
dibujo, trabajo... es una herramienta imprescindible. Pero ayer se resbaló de
la goma y cayó al suelo de punta, y se rompió totalmente. Podía haber caído de
lado, no le hubiera pasado nada, o por detrás... pero no, la caída fue de
punta, y se despuntó. En realidad, fue una mala caída.
Cuando recogí el boli del suelo,
pensé que esto es lo que muchas veces nos pasa: intentamos que todo este
organizado, listo y, de repente, algo se tuerce y hace que todo gire, porque
una mala caída te vuelve todo del revés.
A veces nos ocurre que, en una
conversación, dices algo inoportuno y hace daño, y como consecuencia, se queda
la conversación resentida; o una fiesta, donde algo de lo que sucede te sienta
mal, y todo se estropea...
Jesús nos muestra el camino de la
reconciliación, de que lo importante no es no caer, sino levantarte pronto,
porque, cuanto más tiempo estés caído, más daño te vas a hacer. Levántate, deja
de lamentarte por esa mala caída y pon la solución que Cristo te regala,
acércate a esa persona y pídele perdón de corazón.
Al final, mi boli se volvió nuevo
después de que le cambié la punta. Desenrosqué la vieja, puse una nueva y ya de
la rota ni tengo recuerdo. Esto es lo que hace el perdón, te sana el corazón.
Jesús te regala este don, solo tienes que quererle y acogerle en tu corazón.
Hoy el reto del amor es no
quedarte en la caída sino en el amor del Señor, y acercarte a esa persona y
pedirle perdón. Pero antes pasa por una iglesia y pídele al Señor que te dé el
don del perdón para que no lo hagas en tus fuerzas sino en Su amor.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma