"El Señor, que nos ama con locura, nos crea para algo y pone
ese deseo en nuestro corazón para que lo sigamos adelante."
María Ribes |
María Ribes reconoce que su afición
al running era fiel reflejo de lo que vivía. “Corría sin ninguna meta. Era como
si llenara mi día de cosas, pero al final me faltaba lo más importante, estaba
vacía”, explica.
Pero esta joven enfermera, madrileña, de 24 años, dócil al Espíritu Santo, dio un giro en su vida abriéndose a servir ya no solo como una profesional de la salud, sino con prioridad a darlo todo por sanar las heridas del alma.
Pero esta joven enfermera, madrileña, de 24 años, dócil al Espíritu Santo, dio un giro en su vida abriéndose a servir ya no solo como una profesional de la salud, sino con prioridad a darlo todo por sanar las heridas del alma.
En concreto, el 8 de septiembre de
2019 ingresó al seminario de Iesu Communio en el monasterio de Godella
(Valencia, España).
Antes de su entrada, dejó el siguiente video testimonio -difundido por Arguments- compartiendo algunas pinceladas de su camino con Dios:
Antes de su entrada, dejó el siguiente video testimonio -difundido por Arguments- compartiendo algunas pinceladas de su camino con Dios:
“…Esa Pascua en Iesu
Communio lo cambió todo. Al ver a las hermanas vi una plenitud que yo
anhelaba. Reconocí que eso era lo que yo estaba buscando. Pero pensé: para mí
no, yo voy a terminar enfermería, seré enfermera y ya está. Pero ahí empezó
poco a poco de fondo a resonar en mi cabeza (…)
El Señor, que nos ama con locura, nos crea para algo y pone ese deseo en nuestro corazón para que lo sigamos adelante. Poco a poco, sin saber muy bien por qué, me empecé a acercar más a Iesu Communio y fui reconociendo ese deseo que llevaba dentro y anhelaba tanto.”
Fuente: Portaluz