El Papa Francisco tuiteó en su cuenta oficial de
Twitter @Pontifex
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Este 15 de septiembre se celebró la memoria de Nuestra
Señora de los Dolores o Dolorosa, en recuerdo de quien de pie y junto a la cruz
de Jesús, su Hijo, estuvo íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora.
Ella es la nueva Eva, quien por su admirable obediencia contribuyó a la vida,
al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la
muerte
En la celebración de la memoria de Nuestra Señora de
los Dolores o Dolorosa, la nueva Eva que contribuyó tan admirablemente a la
vida siendo siempre obediente a los designios de Dios, el Papa Francisco tuiteó
este 15 de septiembre en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex:
“La Virgen Dolorosa, que lloró con el corazón
traspasado la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres
crucificados y de las criaturas de este mundo exterminadas por el poder humano.
#TiempoDeLaCreación”
La Dolorosa,
discípula y madre
El pasado 3 de abril, Viernes de Pasión, la Iglesia
recordaba asimismo los dolores de María, Nuestra Señora de los Dolores. Una
veneración del pueblo de Dios que tiene siglos de historia. Así lo recordaba el
Papa Francisco en su homilía de la
Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Y destacaba:
“Se han escrito himnos en honor a Nuestra Señora de
los Dolores: estaba al pie de la cruz y la contemplan allí, sufriendo. La piedad
cristiana ha recogido los dolores de la Virgen y habla de los ‘siete dolores’”
Siete dolores
El Santo Padre rememorando estos dolores decía: “El
primero, sólo 40 días después del nacimiento de Jesús, la profecía de Simeón
que habla de una espada que traspasará su corazón. El segundo dolor se refiere
a la huida a Egipto para salvar la vida de su hijo. El tercer dolor, esos
tres días de angustia cuando el niño se quedó en el templo. El cuarto dolor,
cuando Nuestra Señora se encuentra con Jesús en el camino al Calvario”.
“El quinto dolor de Nuestra Señora es la muerte de
Jesús, ver al Hijo allí, crucificado, desnudo, muriendo”
Rezar estos
siete dolores
“El sexto dolor, el descenso de Jesús de la cruz,
muerto, y lo toma en sus manos como lo había tomado en sus manos más de treinta
años antes en Belén. El séptimo dolor es el entierro de Jesús. Y así, la piedad
cristiana sigue este camino de Nuestra Señora que acompaña a Jesús. Es bueno
para mí, por la tarde, cuando rezo el Ángelus, rezar estos siete dolores como
recuerdo de la Madre de la Iglesia, cómo la Madre de la Iglesia con tanto dolor
nos ha dado a luz a todos”.
La que nunca
pidió para sí misma
El Papa afirmó en aquella oportunidad que la Virgen
“nunca pidió nada para sí misma, nunca. Sí para los demás: pensemos en Caná,
cuando va a hablar con Jesús. Nunca dijo: Soy la madre, mírenme: seré la reina
madre”. Y añadió:
Nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a
Jesús; recibió el don de ser su Madre y el deber de acompañarnos como Madre, de
ser nuestra Madre
El Redentor es
uno solo
“No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una
co-redentora: no. El Redentor es uno solo y este título no se duplica. Sólo
discípula y madre. Y así, como madre debemos pensar en ella, debemos buscarla,
debemos rezarle. Ella es la Madre. En la Iglesia Madre”.
“En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de
la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos: a todos”
Historia de
esta advocación
La devoción a la Madre Dolorosa se desarrolló a partir
de finales del siglo XI. En 1239, en la diócesis italiana de Florencia, la
Orden de los Servitas u Orden de frailes Siervos de María, cuya espiritualidad
estaba muy ligada a la Santa Virgen, fijó la fiesta de Nuestra Señora de los
Dolores el 15 de septiembre.
La Virgen de los Dolores es una advocación que cuenta
con gran número de devotos en países como Argentina, Colombia, Ecuador, España,
Guatemala, Italia, México, Panamá y Portugal. Es la patrona de Eslovaquia. Esta
devoción a la advocación de los dolores está muy arraigada también en España,
donde se celebra, por ejemplo, el Viernes de Dolores durante el mes de
septiembre.
Su imagen suele llevarse en procesión durante la
Semana Santa en numerosas localidades del mundo. En España, por ejemplo, se
destaca la iconografía establecida por los pasos de la denominada “Esperanza
Macarena de Sevilla”, y el de la Virgen de las Angustias de Juan de Juni, en
Valladolid, que presenta la figura de María abatida de dolor a los pies de la
cruz.