Sistema
abierto
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
ya unos años me regalaron una agenda súper chula, de anillas. Me gustaba mucho,
así que la guardé “para una ocasión especial”. El problema es que nunca se sabe
cuándo una ocasión es lo bastante especial... así que, hace unas semanas, sin
mayor motivo, empecé a usarla.
¡¡Estoy
encantada!!
Resulta
que, en la primera página, explica que esta agenda es un “sistema abierto”;
vamos, que puedes organizarla como quieras: el calendario delante o detrás, las
hojas de escribir aquí o allí... ¡basta con abrir las anillas!
Esto
me ha entusiasmado. Sí, porque al principio organicé la agenda de una forma, y,
con el paso de los días, la he ido adaptando, en función de lo que me resultaba
más cómodo. ¡Y todo en un click-clack!
Al
empezar estos días de Ejercicios, me he sentido muy identificada con mi agenda.
Creo que estos días de parar con Cristo es darle la oportunidad de “abrir mis
anillas”, organizarlo todo de otra forma, ¡y varias veces, si es necesario!
Pero
esto, que resulta tan sencillo en el papel, ¡no es tan fácil en el corazón! Por
eso le pido a Cristo que me regale a mí también ser “un sistema abierto”, ser
capaz de adaptarme a lo que Él vaya poniendo, ¡que sea Él quien organice y
marque el ritmo!
Claro
que su organización es bien distinta a la que yo habría planeado... Como Él
mismo nos dice, “mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que
vuestros planes”. Es tener las anillas... ¡abiertas a la sorpresa!
¿Y
tú? ¿Te sumas a la aventura de dejarte organizar por Cristo? ¿Le abrirás tus
anillas?
Hoy
el reto del amor es poner en día en manos de Cristo. Tal vez lo hagas
habitualmente... ¡pero deja que hoy sea especial! Pídele poder ser hoy un
instrumento en Sus manos, siendo capaz de cambiar tus planes. Abre los ojos, ¡y
descubre las sorpresas inesperadas que tiene para ti! Tal vez encuentres una
persona a la que ayudar, ¡o te sorprendas con un momento para disfrutar de los
tuyos! “Sea lo que sea, pero que sea contigo, Señor”. ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
