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mismo Papa Francisco fue testigo del inexplicable fenómeno en marzo de 2015
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Cardenal Crescenzio Sepe, Arzobispo de Nápoles, muestra la sangre de San Genaro. Foto: Captura de Youtube |
A las 10:02, hora de Italia, el Cardenal Crescenzio Sepe, Arzobispo de Nápoles, anunció la repetición del milagro y destacó que, en esta ocasión, la sangre se ha vuelto completamente líquida, sin grumos, como ha sucedido en ocasiones anteriores.
“¡Sea alabado Jesucristo! Queridos amigos, queridos fieles todos. Una vez más, con alegría, con emoción, os informo de que la sangre de nuestro santo mártir patrón Genaro, se ha licuado. Completamente licuado, sin ningún grumo, como sucedió en los años pasados, signo del amor, de la bondad, de la misericordia de Dios y de la cercanía, de la amistad, de la fraternidad de nuestro San Genaro. Se de gloria a Dios y veneración a nuestro santo. Amén”, fueron las palabras del Cardenal desde la Catedral de Nápoles.
La licuefacción de la sangre de San Genaro
En diciembre del año 2016 no se produjo el milagro, lo cual provocó cierta preocupación entre los fieles. Aunque el hecho de que no se licúe se suele interpretar como el anuncio de un desastre, esto no siempre es así.
De hecho, el proceso no siempre se produce del mismo modo: a veces tarda varias horas, o incluso días, en licuarse. En otras, como en 2018, el milagro se produce antes de la celebración litúrgica, y en otras ocasiones, por motivos desconocidos, la sangre no se licúa.
El mismo Papa Francisco fue testigo del inexplicable fenómeno en marzo de 2015. En aquella ocasión, la sangre se licuó delante de la mirada del mismo Santo Padre fuera de las tres fechas indicadas. Por lo tanto, se trató de un hecho extraordinario que también se produjo en 1848 delante del Papa Pío IX.
El milagro no sucedió durante las visitas de San Juan Pablo II en 1979, ni de Benedicto XVI en 2007.
San Genaro, patrono de Nápoles, fue Obispo de Benevento. Durante la persecución contra los cristianos fue hecho prisionero junto a sus compañeros y sometido a terribles torturas. Un día, él y sus amigos fueron arrojados a los leones, pero las bestias sólo rugieron sin acercárseles.
Entonces fueron tildados de usar magia y condenados a morir decapitados cerca de Pozzuoli, donde también fueron enterrados. Esto sucedió aproximadamente en el año 305.
Las reliquias de San Genaro fueron trasladadas a diferentes lugares hasta que finalmente llegaron a Nápoles en 1497.
Fuente: ACI