Zapatos en el aire
En
los Ejercicios, dos veces al día, tenemos charlas en el locutorio. Las sillas
están en semicírculo en dos líneas, mirando al sacerdote que está en el otro
lado.
Yo
estoy en la segunda fila, y tengo una buena panorámica de las hermanas de
delante. Hay algo que me llamó la atención el primer día, y cada día lo
contemplo con ternura. Y es que a una hermana se le ven las piernas colgando de
la silla, como a los niños cuando no llegan al suelo porque les ponen una silla
alta para ellos.
Ahí
estaban sus zapatos en el aire, sin tocar el suelo, y ella tan contenta.
Tendemos a buscar sillas que nos sujeten, que nos hagan sentir seguridad, aunque
sea en una barra como punto de apoyo para nuestros pies, o sentimos que sin
ello nos vamos a caer.
Pero,
para que esto ocurra, no puedo ser alta... tengo que ser pequeña, no temer y
confiar que Él lleva mi vida. A lo largo de la Biblia, sale más de 365 veces:
“No tengas miedo”. Se nos invita a confiar y descansar en Él, porque realmente
nos fiamos cuando nos sentimos amados, y Él te ama hasta entregar Su vida en la
Cruz por ti, para así resucitarte de todas tus muertes y puedas caminar con la
confianza de saber que todo un Dios está contigo.
Hoy
el reto del amor es buscar en la Biblia una de esas veces en que sale “no
tengas miedo”. Lee unos versículos antes y unos después, y siéntate en Cristo
que, aunque no toques suelo, Él te sostiene.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma