La
tierra salvadoreña nuevamente “se tiñe de sangre inocente, de un buen pastor
entregado a sus ovejas”
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El sacerdote salvadoreño Ricardo Antonio Cortéz fue encontrado sin vida este viernes 7 de agosto. |
Ayer,
el padre Ricardo Cortéz, de 44 años, párroco del poblado de San Francisco
Chinamequita y rector del seminario San Óscar Arnulfo Romero, fue asesinado. En
un comunicado, la diócesis de Zacatecoluca condena este crimen “inexplicable”.
“Condenamos y repudiamos el vil asesinato”, un
“inexplicable” y “execrable crimen”: con estas palabras la diócesis de
Zacatecoluca de El Salvador expresa su condena y dolor por la muerte del
padre Ricardo Antonio Cortéz, rector del seminario San Óscar Arnulfo Romero y
párroco del poblado de San Francisco Chinamequita.
Crimen inexplicable
El
religioso fue asesinado este viernes mientras transitaba en su vehículo en el
cantón Ramón Grifal, a unos 80 km al sureste de San Salvador. El cuerpo
sin vida del padre Cortéz fue encontrado al costado de la carretera El Litoral.
La policía y la Fiscalía iniciaron las investigaciones para aclarar el crimen
que ha conmocionado a la iglesia católica salvadoreña.
Un hombre entregado a su
grey
En
un comunicado, la diócesis de Zacatecoluca lamenta el trágico deceso del padre
Ricardo, a quien define “hombre bueno, afable entregado a su grey y muy dedicado
a la formación y enseñanza de los seminaristas y a los fieles que atendía”.
“Por eso – se lee - nos parece inexplicable este execrable crimen contra
su persona”.
“La
sangre inocente de un buen sacerdote sigue irrigando la tierra salvadoreña, en
este año martirial, por los 40 años del martirio de Monseñor Óscar Arnulfo
Romero, Fray Cosme Spessotto y las 4 hermanas laicas norteamericanas.
Nuevamente, nuestra Diócesis se tiñe de sangre inocente, de un buen pastor
entregado a sus ovejas.”
La
diócesis expresa además su agradecimiento a los médicos forenses y la Fiscalía
General por el interés que ha manifestado en esclarecer con una amplia
investigación la muerte criminal del rector del seminario Romero.
El último saludo al padre
Cortéz
El
comunicado invita asimismo a “toda la Conferencia Episcopal, al clero de la
Diócesis y de otras Diócesis a la misa Exequial del padre Ricardo Cortéz en la
catedral de Zacatecoluca”, que tendrá lugar en la mañana de este sábado a las
10 hora local. El religioso será sepultado el domingo a las 11 de la mañana en
la Ermita de su Cantón, sólo con la participación de sus familiares.
El “Padre Ricardito” deja
un gran vacío
Afectuoso
y conmovido, el padre Rafael Sánchez, sacerdote de la Diócesis de
Zacatecoluca, residente en Italia desde hace cuatro años, ante los micrófonos
de Vatican News, habla de las virtudes del padre Ricardo Cortéz, con
quien compartió años de trabajo pastoral en El Salvador:
Entrevista al padre
Rafael Sánchez de la diócesis de Zacatecoluca
R.- Me uno a lo ya
expresado por mi Obispo, Monseñor Bolaños, cuando dice que era un “hombre
afable entregado a su Grey”, también entregado a la formación de los
seminaristas, de los futuros pastores. Puedo agregar que era un hombre de
verdad muy alegre, ameno en las conversaciones, muy cercano, muy sensible a los
pobres, muy amigable. Le gustaba mucho participar en nuestros encuentros
fraternos como sacerdotes. Y por supuesto, estaba siempre pendiente de
los jóvenes en el seminario. Él era parte del equipo de la pastoral vocacional
de mi diócesis y, por tanto, tenía esa sensibilidad de acompañar el caminar de
los jóvenes.
El
padre Ricardo era un hombre también muy inteligente, formado. Había hecho su
licenciatura en filosofía en la Universidad Lateranense, entre los años 2006 y
2008 en Roma y, por lo tanto, vivió en la parroquia de Mandela, donde ahora yo
estoy trabajando en la diócesis de Tivoli, en las afueras de Roma, aquí en
Italia. El padre Ricardo trabajó aquí un par de años en la pastoral en
esta parroquia. Luego regresó a El Salvador en el 2008, incorporándose al
trabajo formativo en el seminario. Estuvo como formador desde el 2010.
Llevaba ya casi 10 años como formador en el seminario de filosofía. En los
últimos 3 años le habían dado ya la tarea de ser rector del seminario. Por
tanto, podemos decir que era un hombre que había dejado una gran huella en
nuestra Diócesis, en las generaciones de jóvenes que se estaban formando como
sacerdotes y en las parroquias donde él colaboró en la pastoral.
El
padre Ricardo había sido ordenado sacerdote el 29 de mayo del 2004. Llevaba 16
años como sacerdote. Había trabajado como párroco en una parroquia muy pobre de
nuestra diócesis antes de venir a estudiar a Roma su licenciatura en filosofía.
Y luego, cuando regresó a El Salvador se dedicó casi totalmente a la formación
en el seminario como formador y también como profesor. Estando en esa
etapa de formador, había colaborado pastoralmente con muchas parroquias.
En
mi parroquia, donde yo estuve desde el 2013 al 2016, colaboramos juntos durante
3 años completos y allí logramos también hacer proyecciones pastorales juntos:
él, siendo filósofo era muy perspicaz en su modo de entender los procesos
pastorales e insistía mucho en buscar siempre la verdad de la conversión, en la
transformación de nuestra realidad, en dar el sentido verdadero a todo lo que
hacíamos. Era un hombre muy propositivo a nivel pastoral, a nivel espiritual y
puedo dar testimonio también de que era un excelente director espiritual,
porque cuando conversaba con las personas era muy atento, le gustaba de verdad
profundizar en el misterio de la persona humana, siendo un filósofo era muy
atento a las palabras, a las ideas, a la historia de las personas. Deja un gran
vacío el padre “Ricardito”, como nosotros siempre le decíamos, porque era
bajito de estatura.
El
dolor por su pérdida se une al dolor por muchos otros mártires de El Salvador…
R.- No hay duda que en
nuestro país, El Salvador, la sangre de los mártires que seguimos recordando
desde los años '70 y '80 todavía sigue palpitando y sigue gritando al cielo,
dando este clamor, porque muchos sacerdotes han muerto. Y como podemos notar
siguen muriendo sacerdotes jóvenes asesinado: en marzo de 2018 murió el Padre
Walter, de la diócesis de Santiago de María; en mayo de 2019 fue asesinado
también otro sacerdote, el padre Cecilio, de la diócesis de Sonsonate. Y ahora,
en este mes de agosto, tenemos que enfrentar la muerte de otro sacerdote
asesinado joven: tenía 44 años el padre Ricardo. En nuestra iglesia en El
Salvador todavía tenemos que estar enfrentando este tipo de acontecimientos que
dejan huellas muy dolorosas para nuestra comunidad eclesial. Así que le pedimos
al Señor misericordia para nuestros hermanos sacerdotes y, por supuesto,
también pedimos justicia para que estos casos se esclarezcan y que podamos
caminar siempre en la verdad.
Cecilia
Mutual - Ciudad del Vaticano
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