El
18 de agosto se ha celebrado la Fiesta de Santa Elena, la madre del emperador
Constantino y conocida por hallar la que según la tradición sería la Cruz donde
murió Jesucristo, además de otras reliquias relacionadas con el Señor
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| Santa Elena / Foto: Jean-Pol GRANDMONT (CC BY 3.0) |
Muchas
de estas reliquias se encuentran en países como Italia, España y Alemania. Aquí
presentamos ocho datos sobre la vida de esta reina que rescató un gran
patrimonio para la Iglesia Católica.
1. Nació en una familia humilde
Flavia Julia Elena Augusta nació
alrededor del año 250 en Bitinia (en el norte de Turquía y junto al Mar Negro)
en el seno de una familia humilde.
Según
la tradición, era muy bella y fue este atributo lo que atrajo al famoso general
romano Constancio Cloro cuando la vio mientras recorría la zona.
2. Fue abandonada por su esposo
Constancio Cloro se enamoró de Elena y se
casó con ella. Aproximadamente en el año 270 tuvieron un hijo al que llamaron
Constantino.
Ambos
llevaban años de matrimonio cuando el emperador Maximiliano le ofreció a
Constancio Cloro la oportunidad de ser nombrado su más cercano colaborador,
pero con la condición de que repudiara a Elena y se casara con su hija Flavia
Maximiana Teodora.
Así, motivado por su ambición, él repudió a su esposa. Elena sufrió por este
abandono durante 14 años, en los que se convirtió al cristianismo.
3. Influenció en el cese de la
persecución a los cristianos en el Imperio Romano
Luego
de la muerte de Constancio Cloro, Constantino fue proclamado emperador de Roma
por el ejército. Aunque era pagano como su padre, el joven había sido instruido
por su amada madre en los fundamentos del cristianismo.
Sin
embargo, se convirtió cuando, antes de la batalla en la zona entre Saxa Rubra y
el Puente Milvio, vio una Cruz en sus sueños con una leyenda que decía: “Con
este signo vencerás”. Al día siguiente, el emperador llevó una Cruz al combate
y exclamó: “Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena”.
Tras
la victoria, Constantino decretó la libre profesión de la religión católica.
Así terminaron tres siglos de sangrientas persecuciones contra los cristianos.
4. Fue nombrada Augusta o emperatriz
Constantino
amaba muchísimo a su madre y alrededor del año 325 le otorgó el título de
Augusta o emperatriz.
Además,
mandó a hacer mandó hacer monedas con la figura de ella y le dio plenos poderes
para que utilizara el dinero del gobierno en las obras buenas que quisiera.
5. Se mezclaba entre los pobres
San
Ambrosio narró que a pesar de ostentar tan alta dignidad, Santa Elena se vestía
con sencillez y se mezclaba entre los pobres para ayudarlos. También era
conocida por su intensa vida de piedad.
6. Viajó a Tierra Santa para buscar las
reliquias de Jesús
Con
el apoyo de su hijo Constantino, Santa Elena viajó a Tierra Santa para buscar
las reliquias relacionadas directamente con Jesucristo.
San
Crisóstomo y San Ambrosio señalaron que, después de realizar muchas
excavaciones en Jerusalén, se encontraron tres cruces.
Como no se podía distinguir cuál era la
de Jesús, trajeron hasta el Monte Calvario a una mujer agonizante y al tocarla
con dos de las cruces ella empeoró. Pero al tocarla con la tercera cruz, la
enferma se recuperó instantáneamente.
Entonces Santa Elena, el entonces Obispo
de Jerusalén Macario, y miles de fieles llevaron la cruz en procesión por las
calles de la ciudad.
La emperatriz halló otras reliquias de
Jesús: los clavos que perforaron sus las manos y pies, el “Titulus Crucis”, una
parte de la túnica que utilizó antes de ser crucificado, un fragmento de la
cuna donde Él reposó y la Escalera Santa.
También recuperó las reliquias de los
Reyes Magos y descubrió el sepulcro donde fue enterrado Jesucristo.
En Tierra Santa mandó construir tres
templos: uno en el Calvario, otro en el Huerto de los Olivos y el tercero en
Belén.
7. Colocó un clavo de Jesús en el casco
de Constantino
Dice la tradición que para proteger a su
hijo Constantino en las batallas, Santa Elena colocó uno de los clavos de Jesús
en su casco y otro en su caballo.
8. Su sarcófago se encuentra en los
Museos Vaticanos
Santa Elena falleció entre los años 330 y
335. Fue enterrada a las afueras de Roma y su sarcófago fue trasladado en 1777
al Vaticano y restaurado.
El sarcófago tiene grabadas escenas de
batallas de los romanos contra los bárbaros y un par de leones. Puede visitarse
en el Museo Pío Clementino, dentro de los Museos Vaticanos.
Fuente:
ACI
