Con una basta experiencia y un
corazón entrenado, nos enseñan a ver las cosas de una manera única
Las
abuelas nos dejan muchas enseñanzas que nos ayudan a responder a los grandes
interrogantes de la vida. Un aprendizaje que no pasa de moda y que con el paso
de los años no hace otra cosa más que confirmarse.
Con una basta experiencia y
un corazón entrenado, se convierten en verdaderas mentoras que nos muestran las
cosas de una manera única.
No tuvieron acceso a la
información o a los recursos como los tenemos hoy y aun así han aprendido
mucho. Han
enfrentado momentos duros como guerras y crisis. Con sacrificio han sacado adelante empresas y
criado familias numerosas y no siempre han sido reconocidas.
Las abuelas han sido en su
época mujeres valientes que se han animado a ser inventoras, vanguardistas e
innovadoras. Han tomado decisiones heroicas. Algunas han cruzado mares,
aprendido idiomas, lidiado con barreras culturales y emigrado a otros países cuando
el mundo era todavía un lugar salvaje, las distancias enormes y los horizontes
desconocidos.
Las abuelas por ser
mayores y por ser mujeres, verdaderas madres espirituales, son una gran fuente
de sabiduría. Por eso, cuando nos dejamos enseñar por ellas nos damos la
oportunidad de ser testigos de lo que significa haber conseguido superar el
tiempo y alcanzar metas que han marcado la diferencia
dejando huella en generaciones posteriores.
Sus vidas están llenas de
valiosos tesoros que podemos heredar. Hay muchos dones que nos llegan de
nuestras abuelas; regalos que hemos recibido en momentos puntuales, pero muchos
otros que no siempre son entregados de inmediato y están allí aun esperándonos.
Estén hoy o no a nuestro
lado, acompañándonos física o espiritualmente, sean sanguíneas o postizas, las
abuelas traen un mensaje de vida para todos. Solo basta abrir la puerta de la
memoria con la llave del corazón y recibirlo.
Abraza las tradiciones familiares y
asegúrate de construir un hogar para todos
El
hogar es ese espacio donde siempre somos bienvenidos, queridos por lo que
somos, lleno de rituales, canciones, comida, sabores y aromas que nos
transportan a ese lugar especial. Pon energía en cuidar tu hogar amorosamente y
tu casa estará llena de sentido.
Busca vivir el amor verdadero
En
cada pequeña cosa que hagas aspira a la plenitud del amor, enamórate de la vida
y mantén un corazón apasionado capaz de entregarse. Comparte tu vida con
alguien que amas no solo con sentimientos, sino con tu inteligencia y tu
voluntad. No te cases por dinero o estatus, solo hazlo por amor.
Ayuda
y sé solidario con los demás
Ama
sin límites expandiendo tu alcance más allá de tu círculo cercano. Ama hasta
que duela y luego sigue adelante. No importa con quién te encuentres, nunca lo
juzgues porque no conoces su situación. Tiende tu mano al que lo necesita con
generosidad. Sé la persona que quieres que los demás sean para ti.
Nunca te rindas luchando por una buena causa
Siempre
habrá dificultades, pero encontrarás la fuerza para seguir adelante. El
sacrificio y la perseverancia valen la pena si es a causa del bien. Está bien
si tienes que ensuciarte con tierra en el jardín o con harina en la cocina,
levantarte más temprano o acostarte un poco más tarde si es por perseguir tus
sueños.
Cuida tu mente
Lee
para mantener una mente saludable. Ten a mano una buena lista de libros.
Aliméntate con las palabras. Los libros pueden ser el botiquín en donde
encuentres las tiritas de las palabras que te ayudarán a cicatrizar heridas,
ponerle nombre a muchas emociones. La lectura puede proporcionarte fortaleza,
consuelo e incluso sanación.
No
dejes de aprender y de actualizarte
Apuesta
por aprender cosas nuevas. Puede ser costura, cocina, carpintería, jardinería o
tecnología. La humanidad es algo grande y no puedes hacerla pequeña. Recuerda
que estás aquí para dar más de ti y aportarte algo bueno a este mundo. No dejes
pasar tu oportunidad.
Mantente activo
Nunca
se es demasiado mayor para hacer cosas y tener una vida social rica y activa.
Incluso en la vejez, y si la salud lo permite, come fuera, haz deporte, juega a
las cartas, celebra los cumpleaños, baila, pinta, visita a la familia, viaja y
asiste a conciertos.
Alimenta
tu espíritu
Una
persona que va regularmente a la iglesia, lee la Biblia y reza con frecuencia
encontrará las mayores alegrías de la vida, nunca se sentirá solo y con la luz
de la fe mirará la vida con más esperanza. Vive con un espíritu lleno de
energía positiva y serás un instrumento de paz.
Disfruta
de una buena conversación
La
gente se sentirá atraída hacia ti cuando seas una persona capaz de escuchar y
exhibas esa maravillosa cualidad. Comparte experiencias de vida con los demás y
no escatimes en tener amigos de todas las edades, creencias, culturas y clases
sociales. En algún punto encontrarás que en todos hay algo de ti.
Ten en cuenta cómo te presentas al mundo
La
elegancia jamás pasará de moda. Invierte en prendas de calidad, vístete según
tu edad, la ocasión en la que te encuentres y tu tipo de cuerpo y lo que te
favorece, y usa un buen perfume. Recuerda que la manera en que te presentas
comunica algo de ti y eso refleja lo que llevas por dentro.
Acepta y experimenta la vejez en la juventud
Los
miedos son dudas no resueltas. Acepta el orden de la vida. Pregúntate todo y
busca la verdad de las cosas, incluso aquellas que son un misterio como la
muerte. Sin miedos tendrás una vida mucho más plena. Aprende a recibir los cambios,
a decir que no, a tomar pausas en el camino, a pedir ayuda cuando la necesites
y sobre todo, a ser agradecido por un nuevo despertar cada día.
No tengan miedo, Jesús conoce su corazón Vatican News Con ocasión de la fiesta de la #Transfiguración del Señor el Santo Padre recuerda en s...
LA VOZ DE NUESTRO OBISPO D. JESÚS VIDAL
PAPA LEÓN XIV
PAPA FRANCISCO
SAN JUAN PABLO II
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
VIRGEN MARÍA
TESTIMONIOS DE FE
VISITA COMUNIDADES CRISTIANAS DE ZIMBABWE
ARTE AFRICANO DIÓCESIS DE GOKWE EN ZIMBABWE
LO HUMANO Y DIVINO
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. (Génesis, 1,26-27)