Grietas
con vida
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estábamos
dando un paseo antes de ir al coro y, al girar por un camino, bajé la cabeza y
mi vista se dirigió a una zona cubierta por cemento, pero me llamó la atención
que había una grieta y, a través de ella, habían nacido unas flores.
¿Qué
puede más, el cemento o una flor? Sin duda hubiese dicho que lo primero. Pero
no, se había hecho hueco la vida. El cemento parece paralizarla, ser más fuerte
que las frágiles raíces y el tallo de unas diminutas florecillas, aparte de
resultar árido y hostil a la vista.
Puede
parecer que la situación por la que estás pasando está cubierta por una capa de
cemento: ¿cómo puede haber vida, esperanza, si ves aridez y dureza? Sí, porque
Cristo saca vida de donde nosotros creemos que no hay, porque para Él nada es
imposible, y nada es ajeno a Él.
Pero,
para que esta flor naciera, fue necesario que el cemento tuviera una pequeña
grieta; esa grieta es la confianza que Cristo necesita que tengas en Él para
que, lo que a ti te parece cemento, en esa grieta de confianza, nazca vida. No
tengas miedo a las grietas, son necesarias. Aquello que en tu vida te esté
haciendo dudar o sufrir, es la grieta por la cual el Señor sacará vida, solo
necesita que le dejes entrar en ella.
Hoy
el reto del Amor es que no temas a las grietas de tu cemento, Cristo va a sacar
vida. Da un paseo mirando al suelo y busca en la acera alguna grieta con vida:
lo mismo ocurrirá en ti.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
