¡Sorpréndeme!
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Llevo
varios días queriendo escribir un reto, pero no me salía. No es que no me
sucedieran cosas; lo que pasaba es que me sentía un poco... “repetida”. Me
surgían retos con los materiales del trabajo (¡ay!, pero de eso hablé el otro
día), o con el “cochecito”, la cortacésped (¡ay!, eso lo comenté el día
anterior), o con nuestra beagle (lo siento, Jubi, pero tú has salido hace
nada)...
En
fin, cualquier cosa que veía, me parecía que ya había escrito de ello dos días
atrás.
Ayer,
una vocecita muy sutil me susurró por dentro: “¿Qué esperabas? Al fin y al
cabo, ¡es una vida de clausura! Siempre es lo mismo, la misma gente, las mismas
cosas... la misma rutina...”
Aquello
no me gustó nada; no era uno de esos pensamientos que dan paz precisamente...
así que, rápidamente, me volví al Señor: “¡Regálame descubrir que Tú eres
eterna novedad, que eres creativo!” O, en otras palabras: “¡Sorpréndeme!”
Y
el Señor, como buen caballero, no se hizo esperar.
A
medio día, alguien llamó al torno, preguntando por mí. Al principio no sabía
quién era; así que comenzaron a darme datos: que hace un año les atendí en el
torno, que vinieron a rezar... Y no, con todo eso, imposible saber quién podría
ser.
Entonces
me dijeron que habían venido buscando una cruz... ¡y ahí sí que caí! Porque
resulta que, de la cruz que querían, no quedaba ninguna, salvo la mía, así que
se la regalé.
Habían
vuelto para compartirme que esa cruz les había ayudado mucho en un fuerte
momento de discernimiento, que pronto serán más hermanos aún entrando en la
Orden, y venían a darme las gracias... ¡regalándome su rosario!
¡No
puedes imaginar lo mucho que me emocionó! Menuda sorpresa tan impresionante...
En
efecto, Cristo es el hombre más creativo del mundo. Sabe esperar, y sabe
sorprender, y “sin cambiar en nada, renueva el universo”.
Sí,
tus circunstancias siguen siendo las mismas, pero con Él todo es diferente.
Quien se acostumbra pierde la tensión del amor, ¡por eso es importante volverse
a Él! Jesús sabe que necesitamos descubrir cada día como un regalo, como una
novedad. Por eso nos promete: “Yo hago nuevas todas las cosas”.
Y,
si en una clausura no dejan de ocurrir cosas “de reto”, ¡también sucede lo
mismo en tu vida!
Hoy
el reto del amor es dejarte sorprender. Sí, porque el Señor tiene grandes
detalles preparados para ti, para demostrarte lo mucho que te ama. Lo único que
necesitas para descubrirlo es... ¡tener los ojos abiertos! Dale la mano al empezar
el día, ¡y confía! Si le pides que te sorprenda, ¡lo hará! ¡No dejes que se te
escape el detalle especial que te reserva para hoy! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma