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Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
una hermana me pidió que le arreglara el ordenador, que iba muy lento y no
podía hacer nada.
Cuando
lo estuve mirando, realmente había algo que no iba bien: no había manera de
abrir nada, ni de que funcionara.
En
esos casos, lo primero que suelo hacer es dar un comando de teclas para que se
abra el “administrador de tareas”. Se abre una pantalla en la que aparecen
todas las tareas que en ese momento están abiertas, todos los procesos en
curso...
Y,
efectivamente, desde ahí vi el problema: había un programa abierto que estaba
atascado y bloqueaba todas las demás tareas, así que le di a “Finalizar tarea”
y comprobé que, al cerrarse esta, todo volvió a funcionar bien.
Aquello
del “administrador de tareas” me llegó más que nunca, porque cuántas veces una
“tarea” atasca todas las demás, como aquellas veces en que nos quedamos
atascados en un juicio, o un miedo nos paraliza, o cuando nos quedamos
instalados en un acontecimiento del pasado que no nos deja continuar... Si
fuéramos como un ordenador, qué fácil sería abrir el administrador de tareas y
darle a “finalizar tarea”... así podríamos continuar apostando por el amor,
libres de esa inquietud.
Sin
embargo, la realidad es que no somos un ordenador, ni con una simple tecla se
soluciona la vida; sin embargo, sí que disponemos de un “administrador de
tareas”: la oración. Ante Él, a sus Pies, podemos abrir la pantalla de nuestra
vida, de lo que experimentamos, podemos abrirle de par en par nuestro corazón
para que Él nos pueda iluminar dónde está el atasco que está frenando las
buenas tareas.
Parando
con Cristo encontramos la Paz que necesitamos para atrevernos a abrir nuestro
interior. Y Él hace cada instante todo para que nos sintamos libres para
confiar en Él, en que en Él siempre encontraremos la respuesta y la fuerza para
poder “finalizar” esa tarea.
Al
igual que con un ordenador atascado no se puede continuar, con nuestra vida
atascada no podemos continuar.
Hoy
el reto del amor es buscar un hueco para estar con el Señor. Abre el
“administrador de tareas”, y deja que Él te muestre su Amor, y con su Luz te
mostrará el camino a seguir, te infundirá confianza para que puedas abandonar
esa “tarea” en Sus manos y puedas enfocar tu día desde el amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma