Las religiosas que
atienden la residencia Santa Teresa de Jesús Jornet de Valencia han escrito una
carta a los profesionales del Hospital La Fe que las han ayudado durante la
pandemia
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Foto: Arzobispado de Valencia |
Destacan de ellos, además de su buen hacer, «su calidad humana y generosidad».
La congregación de las
Hermanitas de los Ancianos Desamparados ha escrito una carta de despedida a los
profesionales sanitarios del Hospital La Fe de Valencia que les han ayudado en
la atención a los mayores en la residencia Santa Teresa de Jesús Jornet de
Valencia.
Les agradecen su
«profesionalidad, calidad humana, generosidad y desinterés» y añaden el
reconocimiento y gratitud a la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública
de la Generalitat Valenciana, informa AVAN.
Y continúa: «Nuestro Hogar
pertenece al Departamento de Salud de La Fe y podemos decir con toda verdad que
esta circunstancia ha sido para nosotras un regalo del cielo. La Unidad de
Hospitalización Domiciliaria, cuyo director es el doctor Bernardo Valdivieso,
se hizo cargo de la situación con un equipo de excelentes profesionales:
médicos, enfermeras y auxiliares».
Las religiosas reconocen
«la innegable profesionalidad, el saber hacer y la valía» de todo el equipo,
aunque destaca, sobre todo «lo más trascendental en estos momentos de crisis,
su calidad humana, generosidad y desinterés a la hora de buscar lo mejor para
todos los que vivimos en el hogar».
«Es de admirar que los
profesionales de La Fe hayan puesto a disposición de nuestros mayores todos los
recursos y facilidades para ser atendidos como ellos se merecen, sin
impedimentos por edad o capacidad cognitiva, sino viendo en los ancianos
enfermos, personas con la misma dignidad y derechos que cualquiera», añaden.
«¡Cuántas vidas habrán
salvado!»
Además, afirman que siempre
han trasladado al Hospital, con la máxima diligencia, «a los que presentaban
síntomas preocupantes», y han asistido en la residencia a los casos más leves:
«¡Cuántas vidas se habrán salvado por estas intervenciones!».
«Aún en esta situación
difícil y angustiosa, Dios no nos deja, y se manifiesta a través de personas
excepcionales que, con su profesionalidad, humanidad y dedicación, dan lo mejor
de sí mismas en una auténtica vocación de servicio. La gran familia de la
residencia Santa Teresa Jornet es ya su familia y nuestra casa es su casa»,
concluyen.
Fuente: Alfa y Omega