La Conferencia Episcopal
Española ha presentado este viernes, 5 de junio de 2020, como
cada año, la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia Católica en España
correspondiente al año 2018. La actividad económica de ese año
se declaró en 2019, y el resultado de la Asignación Tributaria se conoció definitivamente y se
presentó hace tres semanas.
La
directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, Ester Martín, ha comenzado
afirmando que la Iglesia, pese a la pandemia actual, ha continuado realizando
su generosa labor: “Se adapta en cada momento a las necesidades de
la sociedad.
A
través de la página 'Iglesia Solidaria' se pueden
ver cientos de iniciativas que las diócesis realizan actualmente, y presentan
una Iglesia al servicio del hombre en todo momento. Pone a
disposición de la sociedad sus recursos residencias, seminarios o se vuelca en
el consuelo, acompañamiento personal y espiritual en el duelo o la enfermedad.
Y por supuesto, estamos al lado de los que necesitan ayuda”.
Tal y como ha
recordado Ester Martín, la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia Católica
refleja qué es la Iglesia, integrada por voluntarios, sacerdotes, diócesis,
parroquias, laicos, cofradías o asociaciones: “Todos
ellos al servicio de la sociedad. Una Iglesia abierta al mundo y cercana a las
necesidades de quienes lo necesitan”.
En la memoria se
recoge el trabajo de las casi 23.000 parroquias, 17.000 sacerdotes, 9.000
monjas y monjes de clausura o 38.000 religiosos: “La Iglesia acompaña a las
familias, que quiere estar presente en los momentos importantes de la vida del
hombre, como el bautizo con 193.000 bautizos en 2018, 222.000 comuniones,
129.000 confirmaciones o 41.000 enlaces matrimoniales”.
También
está en los momentos duros, como en las 25.000 unción de enfermos que se
produjeron en aquel ejercicio. Se calcula que más de 8 millones de
personas asisten cada semana a misa en nuestro país, donde se celebran al año,
solo en las parroquias, más de 9,5 millones de Eucaristías.
Todo ello es
posible gracias a la dedicación de los sacerdotes, voluntarios y seglares a lo
largo de todo un año de actividad pastoral, que en 2018 superó las 45 millones
de horas. Mención especial para los sacerdotes, que destinaron
más de 30 millones de horas a este fin en grandes ciudades y zonas despobladas. De
hecho, la mitad de las parroquias de nuestro país, unas 11.000, están en zonas
rurales.
La Iglesia
comparte su patrimonio, poniéndolo al servicio de la sociedad. En la
actualidad, mantiene abiertos más de 3.000 bienes de interés cultural, que
reflejan tanto nuestra historia como las raíces, con un valor social y
económico muy importante: “Cada año la existencia de
estos bienes aportan 23 mil millones de euros al PIB.
España cuenta
con más de 600 santuarios, que junto a más de 400 celebraciones y fiestas,
algunas de interés turístico, y 42 de ellas tienen carácter internacional,
congregan a millones de personas cada año, que reportan
también una gran riqueza inmaterial y económica para la cultura del país.
La labor de la
iglesia traspasa de fronteras con miles de personas que lo han dejado todo para
llevar la palabra del evangelio, con más de 11 mil misioneros (sacerdotes,
laicos, religosos...) que hacen de la misión su vida entera. Renuncian
a su bienestar por ofrecer un testimonio de fe y de esperanza. Es una de las
labores más apreciadas de la Iglesia, que constituyen una verdadera marca
España.
La Iglesia está
con los jóvenes, con los niños pero también con los que sufren y requieren de
un mensaje de esperanza y acompañamiento en los momentos finales de esta vida.
También en la pandemia se ha dado respuesta. Los
capellanes de hospitales han estado donde las familias incluso ni siquiera han
podido llegar, y han entregado su tiempo, junto a miles de voluntarios que dan
aliento a través de servicios telefónicos. Al mes, un
total de 176 mil personas han recibido este acompañamiento en sus domicilios u
hospitales.
La Iglesia acoge
a los inmigrantes. Está al lado de aquellos que llegan a España sin nada ni
nadie. Más de 134 mil inmigrantes se acercaron en 2018 a los centros de la
Iglesia y han recibido algún tipo de ayuda.
También están
con las mujeres que pasan por situación de extrema dificultad. Son víctimas de
trata, explotación o violencia. De hecho, aumenta la atención de la Iglesia en
este campo. Durante el 2018 más de 23 mil mujeres fueron
protegidas por la Iglesia.
La Iglesia tiene
en primer plano a los olvidados, como personas que sufren alguna adicción. En
las cárceles se realiza una gran labor. Crece e número de
voluntarios que llevan a cabo estas labores en las prisiones o casas de
acogida.
Los pobres
ocupan un lugar preferencial para la Iglesia, sin importar su cultura,
condición social o Religión. Más de 4 millones de personas fueron ayudados en
alguno de los 9.000 centros de la Iglesia. De ellos,
la mitad están en riesgo de exclusión y hin sido atendidos en sus necesidades
más básicas en algunos de los 6.000 centros como son las Cáritas parroquiales,
albergues o comedores sociales.
Don
Luis Argüello: "La memoria recoge la vida de la comunidad cristiana"
El Secretario
General de la CEE, Don Luis Argüello, ha remarcado que esta memoria recoge la
vida de la comunidad cristiana católica en España a lo largo de un año: “Cuando
alguien va a un lugar pequeño, normalmente pregunta por el templo. La Iglesia
es templo pero también tiempo, familia y servicio: “La
Iglesia anuncia el Evangelio, la buena noticia, lo hace en las catequesis, en
los colegios, en su presencia en la cultura, en las relaciones de la vida
cotidiana. Una predicación cada vez más necesaria”.
El Secretario
General ha continuado afirmando que la Iglesia sirve y muestra la caridad: “Lo
hace siendo un pueblo entre los pueblos, como también el templo es una casa
entre las casas. Las más de 20.000 parroquias en España, es una
casa entre las casas para que se reúnan las familias. Para
testimoniar la fe, la caridad, la esperanza, el evangelio. Estas semanas que
hemos vivido, donde tantas miles de personas han perdido la vida y sus familias
han llorado su muerte, la Iglesia quiere
testimoniar y anunciar una esperanza ante toda falta de esperanza. La esperanza
en que las promesas de Jesús se cumplen”.
Fuente: COPE