Vivimos con una GRAN
PREOCUPACIÓN; tanto por la salud física, como por la salud espiritual de todos
los que componen esta misión y sus 24 centros, en una extensión comparable con
la provincia de Segovia
P. Jesús Mª. del Barrio en Zimbabwe |
Hay muchos que, por eso mismo, no tienen la Biblia y, si no se pueden reunir
con los demás, como es el caso ahora, no van a escuchar la Palabra de Dios por
un tiempo largo.
Dadas las circunstancias en que nos movemos, aquí no
se puede esperar que, a través de la tele, o de algún otro medio, puedan seguir
la Misa o cualquier servicio religioso. Incluso el WhatsApp no llega a muchos
sitios, pues no hay cobertura.
Aquí mismo, donde vivo, nos robaron el cable del
teléfono y estamos casi incomunicados. Así las cosas, uno se pregunta cómo
podrá mantener la fe viva tanta gente, que no tiene mucho conocimiento y que no
van a recibir la visita del cura quizás por un tiempo largo.
Me vienen a la cabeza las palabras de Amós, en el capítulo
7, cuando a la vista de lo que el Señor tenía planificado contra Israel, le
dice al Señor : "¿Cómo va a sostenerse Jacob, siendo tan pequeño? Y el
Señor se compadeció por esto".
Y no es menor la preocupación por la salud física, porque aquí hay muy poquitos
medios para combatir este virus, o su propagación.
Es cierto que hay estado de alarma, o algo parecido,
pero en las zonas rurales de aquí, es impensable que la gente no salga de sus
casas. Tienen que hacerlo para conseguir agua, leña, etc. Incluso en esta
pequeña ciudad, donde sí hay agua corriente, no llega bien a todos y muchos
cocinan con leña. Además la mentalidad no está hecha para mantenerse encerrados
en casa. A veces la policía o los soldados impiden más movimientos, pero en
muchas partes eso es imposible.
Y los preparativos que hay en el hospital, dejan mucho que desear. Los médicos y enfermeras no tienen material protector, ni tampoco, en nuestro caso de Binga, pueden hacer el test, si llega alguno con síntomas de virus. Han montado una tienda de campaña grande, fuera del hospital, con dos o tres camas, pero nada más. Dicen que las altas temperaturas son un buen preservativo contra este virus, cosa que no sé si es cierto, pero aquí se llega con facilidad a los 35*, incluso ahora.
En Octubre los 40* y más, no son una rareza. ¿Será eso
suficiente?
Y no hay que olvidar los efectos devastadores en la economía. En un país que ya estaba muy mal económicamente, ahora se añaden el hambre, pérdida de trabajo, inseguridad ante el futuro...Cáritas y algunas ONGs están distribuyendo comida, pero no llega a todos, ni tampoco con regularidad.
Y no hay que olvidar los efectos devastadores en la economía. En un país que ya estaba muy mal económicamente, ahora se añaden el hambre, pérdida de trabajo, inseguridad ante el futuro...Cáritas y algunas ONGs están distribuyendo comida, pero no llega a todos, ni tampoco con regularidad.
¿Qué es lo que yo puedo hacer en esta situación? Pues,
naturalmente, rezar, rezar y rezar. Otras cosas están fuera de mi alcance, a
nivel de comunidad. Los curas de aquí hemos escrito una carta para todos los
Cristianos, animándoles a rezar en sus casas, y a seguir las normas que salen
del gobierno, como lavarse las manos con frecuencia, etc, pero incluso esta
carta no ha llegado a todos, ni mucho menos. Todo lo dejamos y ponemos en las
manos de Dios, a través de nuestra Madre María. Que Él tenga piedad de todos
nosotros, tanto aquí, como en España y en todo el mundo.
Un fuerte abrazo,
Jesús María del Barrio:
Binga ~ ZIMBABWE