P. JESÚS Mª. DEL BARRIO MISIONERO SEGOVIANO EN ZIMBABWE NOS CUENTA SU VIVENCIA DE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

Vivimos con una GRAN PREOCUPACIÓN; tanto por la salud física, como por la salud espiritual de todos los que componen esta misión y sus 24 centros, en una extensión comparable con la provincia de Segovia

P. Jesús Mª. del Barrio en Zimbabwe
Hace ya cinco domingos que no podemos visitar las comunidades, muchas de ellas con pocos cristianos y, con frecuencia con muy pocos que sepan leer y escribir. 

Hay muchos que, por eso mismo, no tienen la Biblia y, si no se pueden reunir con los demás, como es el caso ahora, no van a escuchar la Palabra de Dios por un tiempo largo.

Dadas las circunstancias en que nos movemos, aquí no se puede esperar que, a través de la tele, o de algún otro medio, puedan seguir la Misa o cualquier servicio religioso. Incluso el WhatsApp no llega a muchos sitios, pues no hay cobertura. 

Aquí mismo, donde vivo, nos robaron el cable del teléfono y estamos casi incomunicados. Así las cosas, uno se pregunta cómo podrá mantener la fe viva tanta gente, que no tiene mucho conocimiento y que no van a recibir la visita del cura quizás por un tiempo largo. 

Me vienen a la cabeza las palabras de Amós, en el capítulo 7, cuando a la vista de lo que el Señor tenía planificado contra Israel, le dice al Señor : "¿Cómo va a sostenerse Jacob, siendo tan pequeño? Y el Señor se compadeció por esto".
Y no es menor la preocupación por la salud física, porque aquí hay muy poquitos medios para combatir este virus, o su propagación.

Es cierto que hay estado de alarma, o algo parecido, pero en las zonas rurales de aquí, es impensable que la gente no salga de sus casas. Tienen que hacerlo para conseguir agua, leña, etc. Incluso en esta pequeña ciudad, donde sí hay agua corriente, no llega bien a todos y muchos cocinan con leña. Además la mentalidad no está hecha para mantenerse encerrados en casa. A veces la policía o los soldados impiden más movimientos, pero en muchas partes eso es imposible.

Y los preparativos que hay en el hospital, dejan mucho que desear. Los médicos y enfermeras no tienen material protector, ni tampoco, en nuestro caso de Binga, pueden hacer el test, si llega alguno con síntomas de virus. Han montado una tienda de campaña grande, fuera del hospital, con dos o tres camas, pero nada más. Dicen que las altas temperaturas son un buen preservativo contra este virus, cosa que no sé si es cierto, pero aquí se llega con facilidad a los 35*, incluso ahora.

En Octubre los 40* y más, no son una rareza. ¿Será eso suficiente?
Y no hay que olvidar los efectos devastadores en la economía. En un país que ya estaba muy mal económicamente, ahora se añaden el hambre, pérdida de trabajo, inseguridad ante el futuro...Cáritas y algunas ONGs están distribuyendo comida, pero no llega a todos, ni tampoco con regularidad.

¿Qué es lo que yo puedo hacer en esta situación? Pues, naturalmente, rezar, rezar y rezar. Otras cosas están fuera de mi alcance, a nivel de comunidad. Los curas de aquí hemos escrito una carta para todos los Cristianos, animándoles a rezar en sus casas, y a seguir las normas que salen del gobierno, como lavarse las manos con frecuencia, etc, pero incluso esta carta no ha llegado a todos, ni mucho menos. Todo lo dejamos y ponemos en las manos de Dios, a través de nuestra Madre María. Que Él tenga piedad de todos nosotros, tanto aquí, como en España y en todo el mundo.

Un fuerte abrazo,

Jesús María del Barrio:
Binga ~ ZIMBABWE