“El trabajo es aquello que asemeja el hombre a Dios, porque con el trabajo el hombre es creador, es capaz de crear, de crear muchas cosas, también de crear una familia para sacarla adelante”
El
Papa Francisco defendió este viernes 1 de mayo, fiesta de San José Obrero, en
la Misa celebrada en Casa Santa Marta, la dignidad del trabajo humano y condenó
la esclavitud a la que muchas personas se ven sometidas con trabajos injustos,
mal pagados o forzados.
En
su homilía, el Santo Padre recordó que Dios, que creó el mundo, “dio una misión
al hombre: gestionar, trabajar, llevar adelante la creación”.
El
Papa subrayó que “la palabra ‘trabajo’ es la que usa la Biblia para describir
esta actividad de Dios: ‘Concluyó el trabajo que había hecho, y cesó en el día
séptimo de toda la labor que hiciera’”.
A
continuación, “entrega esa actividad al hombre: ‘Debes hacer esto, custodiar
aquello, aquello otros… Debes trabajar para crear conmigo este mundo para que
avance’. Hasta el punto de que el trabajo es la continuación del trabajo de
Dios. El trabajo humano es la vocación del hombre recibida de Dios al final de
la creación del Universo”.
“El
trabajo es aquello que asemeja el hombre a Dios, porque con el trabajo el
hombre es creador, es capaz de crear, de crear muchas cosas, también de crear
una familia para sacarla adelante”.
El
Pontífice continuó: “El hombre es un creador, pero crea con el trabajo. Esa es
la vocación. Y dice la Biblia que ‘Dios vio lo que había hecho y vio que todo
era bueno’. Es decir, el trabajo tiene dentro de sí una bondad. Crea la armonía
de las cosas: belleza, bondad, e implica a todo el hombre: en su pensar, en su
sentir, en su actuar. Todo el hombre se implica en el trabajar”.
Por
lo tanto, “la primera vocación del hombre es trabajar. Y eso da dignidad al
hombre, la dignidad que lo asemeja a Dios. La dignidad del trabajo”.
Sin
embargo, lamentó que “por desgracia, la dignidad del trabajo está muy
pisoteada. En la historia hemos leído las brutalidades que hacían con los
esclavos. Los llevaban de África a América. Pienso en esa historia que toca a
mi tierra, y decimos qué barbaridad”.
“Pero
también hoy hay muchos esclavos”, advirtió. “Tantos hombres y mujeres que no
son libres de trabajar. Son forzados a trabajar para sobrevivir, nada más. Son
esclavos. Son trabajos forzados, injustos, mal pagados, y que lleva al hombre a
vivir con la dignidad pisoteada. Hay tanto en el mundo. Tantos…”.
El
Papa Francisco afirmó que “la esclavitud de hoy. Es nuestra indignidad, porque
quita la dignidad al hombre, a la mujer. A todos nosotros”.
En
ese sentido, señaló que la esclavitud laboral no es sólo algo de países
lejanos, “también aquí, donde estamos nosotros. Piensa en los trabajadores, en
los jornaleros, que trabajan por una retribución mínima y no 8, sino 12, 14
horas al día. Esto sucede hoy aquí, en todo el mundo, pero también aquí. Piensa
en la empleada del hogar que no tiene retribución justa. Que no tiene seguridad
social. Que no tiene derecho a pensión. Esto no sucede solo en Asia. Sucede
aquí”.
“Toda
injusticia que se hace sobre una persona que trabaja es pisotear la dignidad
humana, incluida la dignidad de quien comete esa injusticia. Se baja el nivel y
termina en esa relación entre dictador y esclavo”.
Por
el contrario, “la vocación que te da Dios es muy bella: crear, recrear,
trabajar. Pero esto se puede hacer cuando las condiciones son justas y se
respeta la dignidad de la persona”.
“Hoy
nos unimos a muchos hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, que conmemoran
hoy la jornada del trabajador, la jornada del trabajo, por aquellos que luchan
para tener justicia en el trabajo, por aquellos empresarios valientes que
llevan adelante su trabajo con justicia, incluso si pierden”.
El
Papa Francisco finalizó la homilía invitando a pedir “a San José que nos ayude
a luchar por la dignidad del trabajo, para que haya trabajo para todos y que
haya trabajo digno, no trabajo de esclavos”.
Fuente:
ACI Prensa