“Jugaba
todo el tiempo en su presencia"
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una
hermana nos comentaba en el recreo que, su sobrinita, de 5 o 6 años, le decía a
su mamá: “¡Qué suerte tiene la tía monja!... ¡Nosotros estamos aquí todos,
metidos en un piso y ella tiene una casa muy grande y también con un jardín
grande!... ¡Además, vive con muchas amigas y puede estar jugando todo el tiempo
con ellas, todos los días y siempre!”…
Pensaba
en la oración que los niños siempre tienen razón, cuando hablan desde lo más
limpio de su corazón de niño. Dios ha impreso en ellos la pureza y la
ingenuidad de una imagen de Dios, lo más perfecta posible, donde todavía no
habita mancha alguna…
Es
verdad que somos unas privilegiadas, porque nuestro convento es grande y tiene
pisos para todo: dormitorios, comedor, sala de trabajo y claustro alto; “Museo
de trastos de arriba” y “Museo de trastos de abajo”… ¡No nos falta de nada!...
Pero
lo que Ana, esta niña, más admiraba, era que estuviéramos aquí “muchas amigas”
y que “estamos jugando siempre”… ¡Como es probable, ella no puede disfrutar de
muchas amiguitas y menos jugar siempre, como desea su imaginación de niña!…
Pero,
orando esta anécdota, me daba cuenta de que habla en verdad: ¡Siempre estamos
jugando!… ¿O no es “un juego feliz”, como criaturas de Dios, estar alabándole
en la capilla siete veces al día?… ¡Y decirle que es: “¡Inmensamente bello!”,
“¡Inmensamente digno!”, “¡Maravilloso para mí!”… ¡Que es un Dios bueno y lleno
de misericordia y amor!… ¡Que todo lo ha hecho bien!: “Vio Dios todo lo que
había hecho, y era muy bueno”…!
Y
el Señor, creo que me instruyó por dentro, trayéndome a la memoria un texto de
la Biblia que ilumina toda esta historia…
Dice
en Proverbios (8, 22- 31) refiriéndose a la Persona de Jesucristo, Sabiduría de
Dios, creadora y redentora: “Cuando asentó los cimientos de la tierra, yo
estaba allí como Arquitecto y era yo todos los días su delicia, jugando en su
presencia, en todo tiempo, jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias es
estar con los hijos de los hombres”…
Si
Jesús, como Dios-Creador, al principio de la creación “jugaba por todo el orbe
de la tierra” y “gozaba estando con los hombres”… ¿cómo no gozará ahora viendo
“jugar”, ante Él, al cantar la bondad y el amor del Padre?… ¿Y cómo no “será su
delicia, ver jugar a sus pequeños niños, algo que Él mismo les ha enseñado, ya
antes de nacer?…
Sí,
pero decimos: Éste es un momento trágico… ¿Cómo “jugar” cuando hay tanto
sufrimiento?...
¡Es
precisamente en este momento, cuando hay que alabar la Misericordia de Dios,
que es la Única que nos puede sostener y curar!…
Hoy
el reto del amor es entrar en el corazón de Dios, que quiere que seamos
felices, bendiciendo su misericordia en el cese de esta pandemia… ¡Pidámoslo
con mucha fe!…
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma